PPK debe contarnos la verdad, por Federico Salazar
PPK debe contarnos la verdad, por Federico Salazar
Federico Salazar

El gobierno no ha llegado a los tres meses de gestión y ya está salpicado de lodo. Es el lodo de la corrupción.

El médico Carlos Moreno Chacón logró instalarse en Palacio de Gobierno para hacer “negociazos”. Es decepcionante, por supuesto, y preocupante.

Decepciona saber que el grupo que llegó al poder dejó pasar a gente inescrupulosa demasiado cerca a la toma de decisiones. Decepciona saber que en las más altas esferas del gobierno se les pasea el alma.

No acusamos al gobierno de complicidad, pero sí nos debe alertar la negligencia. Colocar en Palacio de Gobierno a quien ya tenía antecedentes es una irresponsabilidad.

Ya no se puede recurrir a una distracción del tipo “un poquito de corrupción a quién le importa”. Para que no pierda todo el crédito que había ganado, el presidente debe salir al frente a explicarnos qué pasó.

Moreno Chacón cumplió desde el 2013 una sentencia sin prisión por el delito de negociación incompatible. Ha estado involucrado en denuncias sobre compras de ambulancias, medicinas y otros, desde 1993.

Personas buscando los “negociazos” siempre va a haber. Los que llegan al gobierno con buenas intenciones deben estar preparados. Esto no es nuevo ni de un solo partido.

Quienes piden el voto popular deben decirnos cómo van a hacer para evitar que los aprovechados lleguen a tener poder. Y, si se les pasan, deben decir cuál va a ser el remedio.

Pedro Pablo Kuczynski dijo, el 4 de octubre, que el doctor Moreno había renunciado a su cargo de asesor presidencial porque tenía mucha carga de trabajo. El ministro Zavala explicó, luego, que esa respuesta se dio porque había que corroborar la información sobre la denuncia.

El ministro Zavala se equivoca. Había que corroborar la denuncia, es cierto, pero Kuczynski no debió dar esa respuesta dilatoria.

En primer lugar, no hay que mentir. El presidente mintió sobre las razones de la renuncia.

El jefe del Estado pudo decir que aceptaba la renuncia, que no era el momento de hablar sobre las razones o que los detalles se darían a conocer después. Kuczynski prefirió decir algo que sabía que no era cierto.

El doctor Moreno no renunció por exceso de trabajo. Renunció porque se le pidió la renuncia. El ministro Zavala ya había recibido los audios incriminatorios el 30 de setiembre.

Uno de los graves problemas del país es la corrupción. Para enfrentarla se necesita autoridad, no dudas, no dilaciones, no mentirillas.

El gobierno tiene la oportunidad de enmendarse. El propio presidente debe declarar sobre su ex asesor presidencial en temas de salud.

El gobierno tiene, además, otro tema para enmendarse en la lucha contra la corrupción.

Hay una denuncia sobre cobro de cupos en la campaña electoral. Se ha acusado a Gilbert Violeta, actual presidente del partido Peruanos por el Kambio, de haber pedido cupos a candidatos potenciales.

Beltrán Hancco, de Puno, dice que Gilbert Violeta y José Labán le pidieron 100 mil y luego 200 mil soles en efectivo. Gioconda Trippi, ex candidata en el Callao, afirma que dio 70 mil soles en efectivo, que no se registraron en la ONPE.

El de PPK no debe ser el único partido con este tipo de cuestionamientos. Se trata, sin embargo, del partido de gobierno. 

Los PPK tienen que tener las cuentas claras y, sobre todo, deben mostrarle al país cómo se hace la investigación sobre acusaciones que implican directamente al propio presidente de la organización partidaria.

La colocación en altas esferas del poder es una de las fuentes de la corrupción. La corrupción partidaria es otra de las fuentes de la corrupción gubernamental.

Mientras no haya luz sobre los actos partidarios y las colocaciones encumbradas, el fenómeno de la corrupción continuará. La peor estrategia es la de la dilación y la de la mentira.

El gobierno puede transformar esta crisis en la gran oportunidad para dar un giro de timón en este tema. Es imprescindible para el gobierno y para el país.

Veremos si tienen el carácter y la decisión.