La semana pasada dábamos cuenta de cómo varios candidatos a presidencias regionales con altas probabilidades de ser elegidos –entre ellos Gregorio Santos en Cajamarca y Walter Aduviri en Puno– tienen un preocupante sesgo antiminero, que amenaza con causar la parálisis de proyectos clave para el desarrollo del país. Hay, sin embargo, otra tanda de candidatos regionales con fuertes opciones que debería causarnos alerta por otro motivo igual de dañino: el peligro del mal manejo de recursos públicos.
Quizá uno de los casos más escuchados en estos últimos meses es el de Waldo Ríos, candidato a la Presidencia Regional de Áncash que se encuentra primero en los sondeos de opinión. También conocido por haber recibido US$10.000 de Vladimiro Montesinos cuando era congresista para votar por el bloque fujimorista, ha recuperado fama por proponer ahora regalar S/.500 por familia ancashina. Ante la ola de críticas que esta muestra de populismo ha desencadenado, Ríos ha tratado de “explicar mejor” su propuesta, agregando que su intención no es regalar dinero, sino darlo como “contraprestación” por los “trabajos” que harán los miembros de las familias por la región. Así, el candidato parece no tener problema con inventar puestos innecesarios que sirvan como excusa para regalar efectivo, en vez de usar esos millones para objetivos prioritarios; por ejemplo, solucionar el problema del 42% de niños de la región que sufren de anemia.
Hay, asimismo, otras muestras de que Ríos tiene debilidad por regalar recursos públicos: entre sus propuestas se encuentran también crear grifos regionales que comercializarían el combustible a S/.2 menos y vender costales de fertilizantes a S/.5, por debajo del precio de mercado. Ambas propuestas no solo implicarían que el gobierno competiría deslealmente y violando la Constitución contra los empresarios que se desempeñen en estos rubros, sino que además supondrían desviar recursos que deberían ser destinados a solucionar problemas públicos hacia actividades populistas.
A la postulación de Waldo Ríos se le suma la del ya célebre César Acuña, candidato al Gobierno Regional de La Libertad. Él (que ha hecho noticia en las últimas semanas por asegurar en un mitin que “voten o no voten, yo voy a ser presidente regional” y por usar el local de su universidad para hacer campaña, a pesar de que según la ley no se puede hacer propaganda electoral en ningún centro de enseñanza) ha sabido también mostrar a base de qué criterios planea tomar sus decisiones si es elegido presidente de la región. En un mitin en la provincia de Pataz fue muy claro sobre lo que pasaría si no era elegido Mesías, el candidato de su partido en la zona: “Si Mesías no tiene plata en la provincia, tiene que buscarme a mí para apoyarlo [...]. Si fuera el alcalde de otro partido [...], no va a hacer convenios conmigo”. Es decir, para Acuña los recursos públicos no se deben utilizar para financiar aquello que más beneficie a la población, sino para lo que más beneficie a su organización política.
En Cusco, por otro lado, se encuentra el candidato Benicio Ríos. Lo que preocupa en su caso es que ya antes ha demostrado no ser el mejor administrador de recursos públicos: viene siendo procesado por haber incrementado su sueldo en el 2007, cuando era alcalde de Urubamba, violando una norma que congeló los sueldos. La fiscalía ha pedido cinco años de cárcel.
Por supuesto, no podemos dejar de mencionar a Gregorio Santos, quien viene enfrentando desde prisión un juicio por presuntamente haber cometido actos de corrupción en 11 procesos de contratación de obras y servicios valorizados en alrededor de S/.190 millones. Según la contraloría, el señor Santos habría recibido en sobornos más de S/.800.000. A esto se le suma una denuncia fiscal por presuntamente haber contratado a 15 militantes de su partido por más de S/.46.000 para un proyecto educativo, que terminaron actuando como coordinadores de las protestas contra Conga.
Este domingo se tomará la decisión de qué autoridades nos gobernarán los próximos años. Lamentablemente, a juzgar por los favoritos, muchos electores parecen estar dejando de lado que eso significa que se decidirá quién manejará el dinero de todos los peruanos.