Martha Hildebrandt: "Llegar a la pepita del alma"
Martha Hildebrandt: "Llegar a la pepita del alma"

En nuestra lengua familiar esta locución verbal equivale todavía a conmover, llegar al corazón. Ejemplo de Palma: “Don Higinio se tragó el desaire, y continuó frecuentando la sociedad de sus compadres, pero decidido a hacerles una que les llegase a la pepita del alma” (Tradiciones peruanas completas, Madrid 1953, p. 669). Pepita significa ‘semilla de ciertas frutas’, pero en el Perú y otros países americanos se usa un falso derivado regresivo pepa.