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De pronto, las aguas que abrigaban sus sueños se volvieron más frías al ver que su futuro se ensombrecía por un nuevo dopaje. Mauricio Fiol ahora tendrá que volver a batallar con papeles en mano para demostrar que el estanozolol que encontraron otra vez en su cuerpo no lo consumió de manera voluntaria.
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Luego de ser notificado del resultado adverso, se dicta una suspensión provisional y luego se activa la llamada ‘digestión de resultados’, en que el deportista entra a juicio para que el panel de sanción de la Federación Internacional de Natación (FINA) determine su pena.
Como lo anunció Mauricio, él está a la espera de los resultados del último control antidopaje al que se sometió, el 12 de julio en Chile, cuando compitió en el campeonato nacional de ese país, a fin de tener un resultado adicional para examinar su defensa.
Él deberá decidir dentro de los próximos veinte días si pide abrir la muestra B y entrar al juicio o si se declara culpable de este nuevo dopaje.
El Comercio no pudo acceder a la posición del Comité Nacional Antidopaje (Conad), porque sus miembros consideran que el caso aún está abierto y pueden referirse solo a ello el deportista y la FINA. Además, porque “no sería bueno para los Juegos hablar ahora”, según explicaron.
Para los especialistas, Fiol tiene por delante un panorama sombrío. En el Reglamento Antidopaje 2015, se lee en artículo 10,7 que por “infracciones múltiples” en el caso de una segunda falta, esta puede llegar a ser el doble de la primera. Tras los Juegos Panamericanos 2015, Fiol recibió una suspensión de cuatro años.
“Si se constata que realmente es así, es un hecho grave”, aseguró a "RPP" el presidente de la FINA, Julio Maglione.
Al respecto, Jorge Canales, abogado de Adepor, especialistas en derecho deportivo, asegura que “se le aproxima una sanción complicada. La sustancia prohibida se repite. Para suspensiones que ya tienen antecedentes, el código es sumamente severo con penas mayores a las iniciales”.
El futuro de Fiol no está en el agua, está nuevamente fuera de ella. Su objetivo ahora, según señaló, es determinar cómo ingresó otra vez el estanozolol a su cuerpo, ya que insiste en su inocencia. Ya pasó por el mismo camino oscuro que se inició en el 2015 y terminó casi tres años después cuando no pudo ganar la batalla ante la justicia.
“Tendría que ser un enfermo autodestructivo para meterme una sustancia por la que ya fui sancionado”, explicó Fiol. Está en él demostrarlo con pruebas en la mano.