(Foto: Ralph Zapata)
(Foto: Ralph Zapata)

Las secuelas del desborde del río Piura, causado por las lluvias fenómeno El Niño costero, todavía se notan en la región Piura. Y sobre todo en el distrito de Catacaos, la zona más golpeada por la furia de la naturaleza, donde hubo más de 30 mil damnificados.

En este lugar, donde la Semana Santa se vive con fervor, sus vecinos y la cofradía jurada del santísimo sacramento de la iglesia San Juan Bautista de Catacaos entregarán el Jueves y Viernes Santo los siete potajes (platos típicos) a los damnificados de este distrito. Con esto buscan apaciguar y dar fuerzas a los miles que aún esperan por la reconstrucción de su pueblo.

“Estaremos en el jirón Comercio cuadra 8, vamos a cerrar toda la cuadra, como las calles laterales. Definitivamente vamos a buscar y dar una atención especial a los damnificados. Habrá puerta para las personas de la tercera edad, enfermos, niños, madres gestantes. Habrá puerta especial para ellos”, aseguró Manuel Yarlequé Saavedra, mayordomo y depositario del Jueves Santo de la cofradía.

Por su parte, Jorge Luis Yarlequé Chiroque, también mayordomo y doliente del Viernes Santo afirmó que a su casa también llegarán los damnificados de Catacaos. Él contó sus familiares ya cuentan con insumos que usarán para preparan los siete potajes.

“Todos estamos unidos, más ahora que este año que ya somos Patrimonio Cultural de la Nación y nos da grandeza a Catacaos. Ya tenemos comisiones de todo y mucha gente ha venido a sumarse, para ayudar. Una sola cosa pido: orden y respeto, pues vamos a recorrer la zona inundada y vamos a invitar a las víctimas de Pedregal Grande. Somos conscientes que todos no van a venir, pero quienes vengan tendrán un trato especial”, dijo.

Los siete potajes son tradicionalmente servidos en Catacaos a todos los asistentes. Consisten en fruta; queso, galletas y aceitunas; ají de gallina; sopa de ave; arroz, estofado y sopa de novios; copús (carne horneada a leña con camotes y plátanos maduros) y duraznos en almíbar. Algunos dolientes o depositarios hacen algunas variaciones, pero son pocas.

El año pasado, ambos mayordomos (doliente y depositario) llevaron más de 2 mil platos de los siete potajes a las zonas de Pedregal Grande, Pedregal Chico, Narihualá y La Campiña. Allí miles de damnificados se alimentaron a la sombra de un algarrobo, mientras se intentaban reponer de la catástrofe.

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