MARTÍN LEÓN ESPINOSA
Desde hace una semana, el primer ministro, Juan Jiménez Mayor, insiste en establecer una agenda común con la oposición debido a la actual coyuntura política y económica del país.
Jiménez ha propuesto la agenda social y lucha contra la pobreza, la seguridad y el crecimiento económico como los temas que el gobierno quiere trabajar en las reuniones que tendrá con las fuerzas políticas.
Sin embargo, los puntos planteados, relevantes debido a la situación política y a la desaceleración económica del país, no son nuevos, ya que son parte de las políticas de Estado del Acuerdo Nacional, firmado el 2002 tanto por agrupaciones políticas como por gremios y colectivos de la sociedad civil.
Por ejemplo, la séptima política busca la erradicación de la violencia y el fortalecimiento del civismo y de la seguridad ciudadana. Mientras que la décima política dice que los firmantes del AN se comprometen “a sostener la política económica del país sobre los principios de la economía social de mercado”.
Varios analistas sostuvieron que el debate planteado es positivo, pero para que no sea más de lo mismo, debe materializarse en acuerdos concretos y reflejar una nueva correlación entre las fuerzas políticas.
“Hay el temor de que el diálogo pueda ser una formalidad más. Un encuentro para la fotografía que no tenga efectos concretos”, manifestó el periodista Víctor Andrés Ponce.
“El éxito del diálogo no solo dependerá de lo que ofrezca un lado, en este caso el gobierno, sino de la calidad y capacidad de los grupos que concurren para no solo conversar, sino tener un plano de exigencia racional para cumplir lo que se acuerde”, comentó, por otro lado, el constitucionalista Enrique Bernales.
El sociólogo Fernando Tuesta dijo que, para que los pactos se cumplan, deben involucrarse los líderes de los partidos. “Si el propósito es que se cumplan, tienen que estar involucrados los líderes nacionales”.
Mientras que el analista Luis Benavente recalcó que será difícil llegar a un consenso político, ya que en el país es una costumbre que los intereses partidarios se impongan al interés común.
Además, planteó que para lograr un consenso entre fuerzas políticas, el Acuerdo Nacional debe asumir un rol más activo y no solo se aboque a las políticas de Estado.
En cambio, Víctor Andrés Ponce sostiene que la única manera para que el diálogo adquiera consistencia y vaya más allá de la fotografía y la formalidad, es que el presidente Ollanta Humala lo dirija. “Si él no encabeza estas conversaciones, el compromiso del Estado, de este gobierno, con esa voluntad de conversar y ponerse de acuerdo, [] no será real”.
MÁS CITAS ENTRE JIMÉNEZ Y PARTIDOS Restauración Nacional (RN) y Acción Popular (AP) se sumaron a partidos que sostendrán reuniones con el presidente del Consejo de Ministros, Juan Jiménez Mayor.
Según se informó, la cita con Restauración Nacional será el martes 27, día en el que Jiménez también se reunirá con dirigentes de Perú Posible.
El congresista Humberto Lay, líder del partido, dijo que el diálogo debe traducirse en medidas a corto y mediano plazo relacionadas a la agenda social, la seguridad y el crecimiento económico.
Asimismo, Acción Popular se reunirá con Jiménez el jueves 29. Según el congresista Mesías Guevara, en la cita planteará darle énfasis al concepto de descentralización económica, tributaria y administrativa.
La ronda de conversaciones entre el Ejecutivo y fuerzas políticas comenzará el lunes, cuando el primer ministro se reúna con los máximos dirigentes del Partido Popular Cristiano.
El gobierno todavía no ha concretado reuniones con el aprismo y fujimorismo. Precisamente ayer hubo una contradicción en este grupo. Mientras su vocero Julio Gagó afirmó que hay una pequeña posibilidad de hablar con Jiménez, la congresista Cecilia Chacón insistió en que el primer ministro no es la persona indicada. Como se sabe, su agrupación ha dicho varias veces que el primer ministro no es un interlocutor válido.