Rafael Roncagliolo presentó ayer su renuncia a la Cancillería, la cual fue finalmente aprobada por el presidente Ollanta Humala. Aunque según versiones periodísticas Roncagliolo se aleja por motivos de salud, miembros de la oposición, entre ellos Carlos Bruce, afirman que esto se debería más bien a las continuos cuestionamientos a los que se ha visto sometido durante sus 21 meses de gestión.
El servicio diplomático recibió el último jueves el espaldarazo del titular de la Comisión de Relaciones Exteriores, Víctor A. García Belaunde, tras la presentación del canciller en el Congreso, y, además, el respaldo del primer ministro Juan Jiménez. El apoyo llega tras los incidentes diplomáticos con los gobiernos de Ecuador y Venezuela.
Roncagliolo se salvó una vez más de ser interpelado en el Congreso, pero no pararon las críticas. En lo que va de su gestión, ha sido blanco de varios cuestionamientos. A continuación, un recuento:
En agosto del 2012 se buscó interpelar al canciller por el viaje de Nadine Heredia a Brasil a bordo del avión presidencial y junto a una numerosa comitiva. El argumento del gobierno fue que Heredia solo acompañaba a la delegación que encabezaba la ministra Carolina Trivelli.
Tres meses después, en noviembre, sí vino la interpelación. Esto luego de conocerse que el entonces embajador del Perú en Argentina, Nicolás Lynch, recibió a una delegación del Movadef, brazo político de Sendero, en nuestra sede diplomática. Roncagliolo fue interpelado en sesión reservada, donde informó sobre las acciones de su despacho frente a la presencia de este grupo en el exterior.
En marzo de este año Roncagliolo volvió a estar bajo la lupa luego de conocerse su apoyo a una propuesta del gobierno de Rafael Correa, la misma que iba a debilitar la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la OEA. El canciller negó tal intención.
Desde abril último la oposición se ha mostrado a favor de otra interpelación a Roncagliolo. Esta vez por el viaje del presidente Ollanta Humala a la toma de mando de mando de Nicolás Maduro. Roncagliolo explicó el tema en una sesión reservada, pero no satisfizo a la oposición. Humala viajó a Caracas horas después de haber encabezado una reunión de Unasur en Lima.
El 29 de abril la Cancillería deploró la agresión del embajador de Ecuador, Rodrigo Riofrío, contra dos ciudadanas peruanas y al día siguiente pidió al gobierno de Rafael Correa que considere su retiro del cargo, lo que fue rechazado por Correa al considerar que Riofrío actuó en legítima defensa.
Así estaban las cosas cuando el 3 de mayo se presentó una moción de interpelación contra el canciller para que explique el viaje de Humala a Venezuela y lo actuado en el caso del embajador de Ecuador. Paralelamente Roncagliolo informó que el Perú promovía una declaración de Unasur pidiendo tolerancia en Venezuela, hecho que motivó al airado reclamo de Nicolás Maduro, quien lo llamó injerencista. La oposición del Congreso respaldó a Roncagliolo e incluso dejó entrever que la interpelación ya no iba.
El sábado último Correa volvió a defender a Riofrío y esta vez habló de un deterioro de las relaciones con Perú. Ni el presidente Humala ni el canciller respondieron, lo que fue cuestionado por la oposición.
También habló Maduro, pero para dar por superado el impasse con Perú. La oposición volvió a cuestionar a Roncagliolo y preguntar qué se negoció bajo la mesa con Venezuela.
A las críticas de la oposición se sumaron las del legislador oficialista Daniel Abugattás, quien habló de un mal manejo del incidente con Ecuador por parte de la Cancillería, recomendando que esta sea fumigada.
A ambos incidentes (con Ecuador y Venezuela) se sumó la polémica por el ahora ex embajador del Perú en Caracas, Luis Raygada, quien lanzó duras críticas a congresistas peruanos por recibir a parlamentarios venezolanos. Incluso, se aprobó una moción para pedir su retiro del cargo.
El 8 de mayo Raygada renunció y con ello le quitó presión al canciller para su presentación reciente en la Comisión de RR.EE. del Congreso.
15 de mayo. Humala aceptó la renuncia de Roncagliolo. La oposición insistía en interpelarlo.