En las dos décadas que tiene El Perroquet recibiendo a huéspedes y visitantes en sus mesas con vista al Golf de San Isidro, la idea de delivery no solo sonaba ajena: era, más bien, innecesaria. Hasta que llegó una pandemia que lo cambió todo, y lo cambió rápido.
En junio pasado, cuando el invierno se prestaba para pasar tardes enteras perdiéndose en la famosa barra de sancochado que tantos comensales atraía al Country Club Lima Hotel durante la temporada, la experiencia de El Perroquet se tuvo que reconfigurar desde cero. La carta debía llegar a casa. El sancochado, por ejemplo, se presentó en bolsas empacadas al vacío, con todos los ingredientes por separado y suficiente caldo para repetir.
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A la par, los pedidos de La Panadería del Country, una pequeña línea de negocio que surgió en 2019 (y que contaba con un espacio en la zona de tiendas de la calle Los Eucaliptos) no hacían más que aumentar. La estrategia del hotel fue repotenciarla. Primero, porque la necesidad de comida confortable –¿qué puede ser más confortable que los carbohidratos?– se evidenció y consolidó como una tendencia en plena pandemia. Y segundo, porque era una gran oportunidad para llegar a públicos más jóvenes.
“Con El Perroquet fue difícil el tema del delivery. Nuestros comensales vienen también por el lugar. Afortunadamente, estamos operativos desde que se pudo, con el aforo reducido”, indica Danny Rojas, chef ejecutivo del hotel. “Si bien muchos de los clientes solían ser adultos mayores, hemos notado que ahora vienen personas de diferentes edades. Nuestra oferta se mantiene clásica, como siempre, pero le hemos hecho ciertos cambios en esta última apertura”, continúa Rojas.
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Tomar algunos cocteles, principalmente pisco sours (uno de los mejores de la ciudad) y un piqueo en la terraza o jardín del hotel abre las posibilidades en El Perroquet. Justo abajo, de cara a la calle y con un espacio totalmente nuevo, La Panadería se estrena como un concepto más cercano a un “deli” (tienda de delicatessen) que a una tienda al paso.
Mesas al aire libre y un menú abundante: desde pizzas hasta pastas, sin que falten croissants, baguettes, ciabattas y panes enteros. El secreto, dice Carlos Huamán, panadero al frente del espacio, está en la masa madre. “Nuestra costra es crocante pero no es dura al morder; dentro los panes se mantienen suaves”, cuenta. La frecuencia con la que deben reponer los productos los ha llevado a estimar que, durante la semana, se preparan al menos 50 kilos de masa cada día. El fin de semana la cifra se duplica, y podrían quedarse chicos, explican.
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“Ahora tenemos dulces de vitrina, que puedes comer en el local o pedirlos para take out o delivery”, añade Vanessa Morales, a cargo de la pastelería. “Tenemos clásicos como tartaletas, eclairs de distintos rellenos, profiteroles o alfajores, hasta galletas amelcochadas de distintos sabores. La gente arrasa”, continúa. Antojos según la temporada, como huevos de pascua o chocolates para el Día de la Madre, además de tortas y postres enteros, están por introducirse pronto en el menú.
“Desde el principio era importante fortalecer el área de alimentos y bebidas, porque el mercado local iba a ser lo más importante desde que empezó la pandemia”, explica Vanessa Villagran, gerente de unidad Los Portales Hoteles. Los nuevos huéspedes del Country Club Lima Hotel son parejas y familias que buscan escaparse un par de noches para desconectar y aprovechar las instalaciones.
La Panadería, por su parte, ha crecido en un 60% durante este período, sostenidos en el concepto de panadería boutique y la ampliación del espacio, que ya estaba en planes antes de que llegara la cuarentena. “Este primer mes que llevamos con el nuevo local ha sido el mejor de todo el último año”, finaliza Villagran. Hay pan para rato.
Más información:
Dirección: Cale Los Eucaliptos 590, San Isidro.
Instagram: @lapanaderiadelcountry
Horarios: Tienda y terraza de 7:00 a.m. a 8:30 p.m. / Delivery de 7:00 a.m. a 7:00 p.m.
Whatsapp: 998-191236
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