En Japón no existían los mapaches. Con el anime, este animal se volvió el favorito de niños de toda la isla. (Foto: Facebook / Pictoline)
En Japón no existían los mapaches. Con el anime, este animal se volvió el favorito de niños de toda la isla. (Foto: Facebook / Pictoline)
Redacción EC

Japón está viviendo una invasión de mapaches, y el culpable de esto es el anime "Rascal el mapache", basado en el libro autobiográfico para niños de Sterling North, cuenta el sitio en Pictoline a través de un cartel.

De joven, mientras vivía en Wisconsin, Sterling adoptó un mapache huérfano bebe al que llamó Rascal. Ellos se hicieron inseparables amigos y durante un año hicieron todo juntos, cuenta el portal "Nautil".

Pero luego de vivir todo tipo de 'aventuras', Sterling se dio cuenta que el mapache de un año era en realidad un animal salvaje, y no una mascota. Mientras más maduraba, más agresivo se volvía con su 'familia' y con otros mapaches. Es así que ante las quejas de sus vecinos, North toma una canoa, llega al borde de un bosque y se despide de su camarada.

La experiencia fue tomada por Sterling para escribir el libro "Rascal: A Memoir of a Better Era", una obra autobiográfica premiada y estrenada en 1963 con tal éxito que, en 1969, Disney decidió crear un largometraje inspirado en la historia, y una serie de anime al que bautizó Araiguma Rasukaru que se transmitió en Japón en 52 capítulos a lo largo de 1977.

En Japón no existían los mapaches. Con el anime, este animal se volvió el favorito de niños de toda la isla. "Su cara redonda y divertida como una máscara de bandido a través de los ojos y una cola de raya rayada creó una impresión humorística", escribe el investigador japonés Tohru Ikeda de la Universidad de Hokkaido. "Cada niño japonés quería su propio mapache de mascota, como el héroe niño de la caricatura".

Es así que en la cima de la popularidad del anime, Japón importó 1500 mapaches norteamericanos cada año. Fue así hasta que el gobierno prohibió el comercio o mantenerlos como mascotas. Esto debido a que la historia de Sterling se repitió en cada hogar que tenía un mapache: de jóvenes eran amistosos, pero ya maduros se tornaron tan agresivos que tuvieron que ser liberados.

Desde entonces, los mapaches han proliferado en el país asiático, donde no tienen depredadores naturales. Así, ya en 2004 se habían extendido en 42 de las 47 prefecturas. En algunas partes de Japón invaden granjas de ganado para robar maíz, se reproducen entre las altas hierbas de pastizales, asaltan pisciculturas, dañan cultivos de frutas. Según Ikeda, los mapaches son responsables de US$300 mil en pérdidas de productos agrícolas solo en Hokkaido.

Han invadido las grandes ciudades, los templos budistas y santuarios sintoístas robando comida y asaltando basureros.

La ecología sufre también, pues atacan a mamíferos nativos como ratazana de color rojo grisáceo, serpientes, ranas, libélulas, mariposas, abejas, cigarras y camarones y otros mariscos. Cazan el cangrejo de río japonés, una especie clasificada como vulnerable por el Ministerio de Medio Ambiente japonés, y la salamandra de Tokio, que está amenazada.

Pero el mayor peligro que representan es ser vectores de la propagación de enfermedades infecciosas. Transmiten la rabia y, según un informe publicado en 2011 por Journal of Parasitology estimó que poseen el parásito Toxoplasmosa gondii, potencialmente peligroso que altera el cerebro de los mapaches.

EL DATO
Tras la promulgación de una ley que protege los ecosistemas japoneses nativos en 2004, los gobiernos locales emprendieron sacrificios de poblaciones invasores de mapaches. Según "Japan Times" se mató 2.000 mapaches cada año desde entonces.

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