Alrededor de 15.000 delfines mueren cada año en Perú en manos de pescadores artesanales que usan su carne y grasa como carnada para la captura de tiburones, informó hoy el director de la institución conservacionista Mundo Azul, Stefan Austermühle.

La cifra de delfines que mueren a pesar de que en el Perú su caza está prohibida, a diferencia de Japón no incluye la captura sólo para consumo humano, dijo Austermühle para Andina.

Según Mundo Azul, en el litoral peruano existen más de 545 embarcaciones artesanales especialmente acondicionadas para realizar esta caza, que salen como mínimo seis veces al año y matan entre dos a seis delfines en cada salida.

La captura de los delfines se realiza dentro de las 200 millas del mar peruano, aunque Austermühle no descartó que los pescadores artesanales cacen también en aguas internacionales.

BRUTAL CAZA De acuerdo con el director de la ONG, los pescadores usan una cuerda de 22 kilómetros de largo que flota sobre el mar por las boyas que ellos mismos colocan. Por cada 100 metros, amarran otra soga de de la misma longitud que cae hacia la profundidad del mar, porque en el otro extremo tiene un gancho para la carnada, que es la carne del delfín, que es la que más atrae a los tiburones.

Los estudios indican que la carne de delfín no es la única que atrae a los tiburones, sino también la de algunos peces, como la caballa.

Sin embargo, el uso del delfín se incrementa cada día porque, según los pescadores, su carne la encuentran gratis en el mar, mientras que la caballa la tienen que comprar importada de Chile a cinco soles el kilo (unos dos dólares por kilo). Ese es su argumento, explicó Austermühle.

OTRA PESCA ILEGAL En cuanto a la caza de tiburones, el director de Mundo Azul informó que a pesar de que la normativa peruana dispone que su captura es legal, sí condiciona su pesca. Por ejemplo, la norma señala que los tiburones capturados deben medir más de 1,60 metros, aunque los pescadores no respetan estas condiciones.

No se puede pescar un tiburón que mida menos de 1,60 porque es juvenil, pero lo hacen, así como ocurre con las madres tiburón, que son capturadas durante su proceso de gestación, y por ese motivo se pierden sus crías. La vida de los tiburones y de los delfines está en peligro, agregó Austermühle.

Mundo Azul es una institución que trabaja en el Perú hace más de diez años contra el comercio ilegal de carne de delfín para consumo humano. Sus investigaciones y estudios han logrado identificar a los vendedores ilegales a través de la grabación de los hechos delictivos.