PAMELA SANDOVAL DEL ÁGUILA

A escasos kilómetros del mar de Ventanilla, entre depósitos informales de reciclaje, campos de cultivo y modestas viviendas que carecen de servicios básicos, todo va quedando a punto para un reencuentro con la historia. Para ser más exactos, con la historia precolombina, unos 4.000 años atrás, cuando en un terreno de 60 hectáreas se erguía el complejo más grande e importante de la costa limeña: la hoy llamada huaca El Paraíso.

“Empecé mi carrera en este complejo, excavado en los años 60. La emoción de que por fin pueda hacer algo por recuperarlo es enorme”, comentó Marco Guillén, arqueólogo encargado de la puesta en valor de la huaca.

El proyecto representa una inversión de S/.4,5 millones, concedidos por el Ministerio de Cultura (Mincu). La fecha elegida para el inicio de obras es buen augurio para los vecinos, autoridades y trabajadores del proyecto: 24 de diciembre.

“Un buen regalo navideño para toda la comunidad”, observaron los primeros.

Aunque solo el templo ha sido parcialmente desenterrado, no cabe duda de que El Paraíso hacía honor a su nombre cuando los primeros habitantes de Chuquitanta (en el límite distrital de San Martín de Porres, Ventanilla y Puente Piedra) ocupaban esta y otras nueve edificaciones, distribuidas en forma de U. “Se vivía de la pesca y la agricultura”, afirmaron unos estudiantes del colegio República Federal de Alemania, quienes complementan sus clases de historia con visitas a la huaca.

Por los restos desenterrados durante la excavación inicial se sabe que El Paraíso es contemporáneo de la ciudadela sagrada de Caral (3.000 a.C.), en el poblado de Supe, 200 km al norte de la capital.

Para el arqueólogo Guillén, que El Paraíso alcance eventualmente el rango de Patrimonio Cultural de la Humanidad, concedido por la Unesco a Caral en el 2009, sería otro sueño cumplido.

Estrategia vecinal Convencidos de que la obra les traerá el progreso que requieren, vecinos de la huaca El Paraíso participaron ayer en una ceremonia de pago a la tierra. “Para que la buena suerte esté con nosotros y haya mucho trabajo”, dijeron integrantes de la asociación cultural Kapaq Sumaq Ayllu. El grupo lleva casi 10 años dedicado al cuidado voluntario y la difusión del potencial turístico de la huaca.

“Si los vecinos no nos organizábamos, la huaca se habría perdido. La Municipalidad de San Martín brilla por su ausencia en cuanto a cultura”, comentó una docente presente en el ritual, quien prefirió no revelar su nombre.

No obstante, el clamor de la maestra pareció atendido de inmediato por Luis Cáceres, director de Arqueología del Mincu, quien informó a El Comercio que 3.500 vecinos de los alrededores participarán directamente en la recuperación de la huaca.

“Los sitios arqueológicos en zonas urbanas siempre están en riesgo, ya sea por invasión de la frontera urbana no planificada o el mal uso que los pobladores les dan por falta de conocimiento e identidad. Son pocos [los casos] en que se ve un compromiso e interés genuinos en la gente”, dijo.

El funcionario explicó que si bien El Paraíso ha tenido en sus vecinos a una suerte de arcángeles, prestos a evitar que el templo sufra alteraciones, la acumulación de basura y pintas sobre las piedras del complejo evidencian que sin recursos tarde o temprano iban a perder la batalla.

“Por eso la puesta en valor de esta huaca incluye la construcción de miradores y un centro de interpretación, en que los vecinos puedan dar servicios y generar ingresos propios. Ellos serán los primeros beneficiados”, aseveró Cáceres.

Se estima que las obras concluirán en unos cinco años.

El olor a palo santo, quemado durante el ritual de pago a la tierra, atrajo a más moradores de Chuquitanta. Consultados por este Diario, la mayoría dijo que aquel plazo les resultaba corto tras décadas de desatención por parte de sus autoridades.

Concluida la ceremonia, el ministro de Cultura, Luis Peirano, informó que su despacho recibirá dentro de poco los estudios para poner en valor tres huacas limeñas más.

Se trata del sitio arqueológico Monterrey, en el Valle Amauta (Ate); el complejo Huaycán de Pariachi, en el mismo distrito; y la huaca San Marcos, dentro del campus de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en el Cercado.

“Hablamos de una inversión pública total de más de S/.7 millones. Es la primera vez que, como ministerio, se realiza una apuesta tan grande y seria por la recuperación de nuestro patrimonio urbano”, agregó Cáceres. Aunque no precisó fechas, pues el inicio de obras dependerá de la aprobación de cada expediente, el funcionario estimó que podría haber buenas nuevas al cabo del primer trimestre del 2013.

“Cada proyecto seguirá la dinámica de El Paraíso. Es decir, buscará la participación del vecino como difusor y protector del área arqueológica”, agregó.

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