El paro de transportistas convocado para hoy por la Corporación Nacional de Transporte del Perú (Conet) no tuvo el fuerte impacto que los dirigentes gremiales estimaban, pero registró mayores situaciones de violencia en relación con las huelgas del sector que se han producido en lo que va del año.

Varios de los puntos neurálgicos fueron localizados en San Juan de Lurigancho, donde cientos de manifestantes marcharon lanzando arengas en contra de las reformas del sistema vial que impulsa la Municipalidad de Lima y apedreando los vehículos de servicio público que no acataron la medida de fuerza.

Combis, buses y hasta autos particulares que movilizaban trabajadores fueron atacados por la iracunda turba, aún en presencia de agentes policiales. La peor parte la llevó una coaster llena de pasajeros que se dirigía desde el citado distrito hacia el centro de Lima. Las lunas del vehículo fueron destrozadas y ante la ferocidad de la embestida madres de familia, escolares y empleados se vieron obligados a descender a la carrera.

La policía tuvo que intervenir ante la grave posibilidad de que algún pasajero resulte dañado. Durante el enfrentamiento los custodios tuvieron que utilizar bombas lacrimógenas para disuadir la movilización. Cinco de los huelguistas fueron detenidos y trasladados a la comisaría de Bayóvar.

El director de la Región Policial Lima, Aldo Miranda, refirió que unas 35 personas han sido intervenidas hasta lo que van de las protestas. Además de estos cinco en San Juan de Lurigancho, otros 30 permanecen en la comisaría de Puente Piedra por ocasionar disturbios similares.