Los últimos cuatro años de la vida de Francesco de Sanctis (34) han estado destinados a una emoción: la alegría. En el sentido literal y figurado, claro. Dos hijos, una esposa que complementa a la perfección cada uno de sus emprendimientos (la barwoman Thalía Talavera) y un crecimiento brutal de su figura en el mundo audiovisual, con apariciones en campañas, programas en señal abierta y —hasta hace muy poco— su propio formato de cocina en vivo a través de Alacocina TV. Han sido años alegres, sí, pero también retadores, sorprendentes y con mucho trabajo.
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Mientras iba cocinando su proyecto más personal a la fecha —un espacio que pusiese en valor la sazón de las picanterías piuranas con las que creció en Sullana, donde nació— también se dio tiempo para abrir Etcétera Café junto al chef pastelero Freddy Jo, armó las cartas de algunos locales de la capital, y se despidió de su mesa emblema, el barranquino restaurante Síbaris, para así darle la bienvenida a una nueva etapa de su vida. Es ahí donde lo encontramos hoy.
De piura con amor
Hace unas semanas Alegría, la picantería de Francesco, abrió sus puertas en una concurrida esquina miraflorina (antes estaban allí los restaurantes Doña Paulina y Mi Tercer Lugar) con una ubicación realmente privilegiada. El local es amplio, acogedor y está lleno de detalles que invitan a vivir la experiencia como corresponde. Desde las frases escritas en las pizarras hasta los manteles, platos y demás piezas del menaje que el mismo de Sanctis diseñó y trabajó en conjunto con artesanos piuranos. El chef ha logrado equilibrar la tradición y el folclor propio de su tierra, con un enfoque moderno y la frescura que brinda su toque personal no solo a los platos, sino también al diseño del espacio.
Para empezar, Alegría cuenta con dos terrazas: la primera tiene su propia barra y es idónea para picar un sebiche (así, con ‘s’) o algún sánguche, acompañados de chicha de jora, cerveza bien helada o agua de coco directamente y con cañita. La segunda es bastante más amplia, y las posibilidades ahí son infinitas cuando se piensa en el verano. Tanto allí como en el salón nos provoca alargar los almuerzos y entregarnos a lo que salga de la cocina. Mucho mejor si estamos en un grupo grande para compartir. Las porciones son generosas, pero balanceadas. La idea es que el comensal pueda probar un poco de todo, y abrirse a conocer sabores antes inexplorados, donde suelen encontrarse las mayores sorpresas y satisfacciones.
Ese es el caso de preparaciones como el seco de chabelo, plato insignia de las picanterías piuranas a base de plátano verde “majao” aderezado con sofrito criollo, chicha de jora y culantro fresco, y entreverado con carne de res aliñada. O el extraordinario atamalado —un plato que se siente como un abrazo, sin exagerar— con su mezcla jugosa de frejoles y otras legumbres con arroz y un aderezo poderoso. Se acompaña con sudado de la pesca entera del día, tal y como se hace en las picanterías.
Por supuesto, también nos encontramos con sabores más conocidos para el paladar limeño —eso sí: todos tal cual manda la tradición piurana— como sebiches de pescado, de conchas negras, mixto o de caballa. Se acompañan, como debe ser, con zarandaja, yuca y chifles. En la misma línea hay arroces —con mariscos al estilo mancoreño; o con pato en su versión piurana— además de otros guisos picanteros y entradas sabrosas como las causas, leches de tigre o tamalitos verdes. Imposible irnos sin cerrar la visita con los postres clásicos (creación de Freddy Jo) como los chupetes de leche, el quesillo con miel y una crema volteada con algarrobina que tiene la capacidad de transportarnos a esa tierra soleada y rica, donde el corazón siempre está alegre. //
Los ‘picaos’ de la casa
Cuando se visita Alegría es casi una obligación dejarse guiar no solo por el antojo, sino también por lo que manda la tradición. Imposible perderse la experiencia de los ‘picaos’, que se sirven con el cariño de la casa y reúnen distintos platos en un solo pedido. Está, por ejemplo, el picadito Alegría, con tamalito verde, sebichito de pescado, papa a la huancaína en bola, carne aliñada con chifles y sarsa criolla. También tienen el picadito Picantero, con seco de chabelo y majado de yuca, sarsa criolla y chifles. Ideal para probar de todo un poco.
De lo bueno, mucho
Hay que hacer una mención especial a los chifles, elaborados a diario en el mismo Alegría. Bien pueden ser los mejores de Lima. No deben dejar de probarlos.
Dirección: Alcanfores 175, Miraflores. Teléfono: 984 338 433. @alegria.picanteria.piurana.