Tomen nota de lo que viene pasando en la sanisidrina calle Santa Luisa. Hay bares, restaurantes de carnes, pastas y, por supuesto, comida de autor. Pero se viene bastante más. Al menos tres proyectos gastronómicos importantes se están desarrollando en esta vía, que empieza en el óvalo de Camino Real (donde recientemente abrió el rooftop Amador) y se encuentra muy cerca de otros espacios obligatorios en el distrito, como Astrid & Gastón, Frina y el bar Limaq. Sin duda, es una inyección de energía que refresca el panorama gastronómico de este lado del distrito, y amplía posibilidades tanto de día como de noche.
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Awicha ha llegado justo para eso. Hace unos meses, el restaurante —cuyo homónimo en Barranco sigue operando con normalidad— abrió un nuevo local en la cuadra dos de dicha calle. Esta vez, con un público distinto y un diseño de espacio más moderno. Para empezar, Awicha San Isidro es bastante más amplio que su `hermano’ barranquino; de hecho, cuenta con dos pisos (el segundo piso se usa, sobre todo, para reservas de grupos o privados), una zona de bar, techos altos y más mesas. La bodega sigue siendo abierta a los comensales y parte esencial del ambiente. El chef peruano Jason Roman y su esposa, la francesa Sophie Andrieu, han querido conservar parte de la esencia de su exitoso formato original. Es decir, comida de autor con influencias peruanas y francesas, en un menú salpicado de creatividad donde no existen los convencionalismos. La carta en ambos locales es, en su mayoría, la misma salvo algunas modificaciones de estilo, como la vajilla.
Dependiendo del día, nos cuenta Jason, encontraremos algunos platos específicos en cada restaurante. La idea es que, si bien comparten cocina y concepto, cada uno de estos espacios tenga también su propia personalidad. Durante el almuerzo San Isidro recibe más público de oficinas; en las noches, son los vecinos de la zona quienes se acercan a probar las especialidades de esta carta. El ambiente se presta, sin duda, sobre todo si exploramos las opciones en vino.
San Isidro cuenta con otra particularidad: el menú degustación. Dos versiones, en realidad. El primero, llamado Inspiración, incluye 10 tiempos con sabores de mar y tierra, al estilo de Jason. El segundo, bautizado como Tradición, incluye seis platos clásicos de la cocina peruana (desde el sudado hasta la carapulcra, otra de las especialidades de la casa) pensado tanto para locales como para turistas. El viaje culinario por esta mesa acaba de empezar. //
Dirección: Calle Santa Luisa 240, San Isidro.