En la isla de Madeira, en Portugal, la nadadora peruana Dunia Felices se prepara para lanzarse a la piscina. Su entrenador, Iván Reyes, la ayuda a colocarse el gorro. Ella se zambulle y aletea los brazos como mariposa. Debe avanzar 50 metros en 56.77 segundos. Solo le queda una oportunidad para romper esa marca el próximo mes, en Berlín, Alemania. De lograrlo, podrá clasificar a los juegos paralímpicos de Tokio, aquellos que la pandemia del covid puso en pausa.
Así que Felices, de 30 años, se despierta de lunes a sábado a las 7 de la mañana. Se alista, se coloca las prótesis en las piernas y se reúne con la delegación para desayunar. Luego va al gimnasio. Por una hora hace planchas, sentadillas y entrena con ayuda de unas ligas especiales, que le permiten fortalecer los brazos y muslos, y ganar flexibilidad en las articulaciones. También hace ejercicios de velocidad con los brazos y algo de cardio. Sobre todo con la bicicleta estacionaria. “Antes de las amputaciones no hacía deporte a nivel competitivo. Pero me gustaba montar bicicleta por mi casa, en San Luis”, cuenta la deportista, que vive a cinco minutos de la Villa Deportiva Nacional (Videna). “Ahora solo monto la estacionaria como parte de mi calentamiento”, agrega.
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De la bicicleta se despidió cuando tenía 15. Dos años atrás le habían sobrevenido unos dolores fuertísimos en las cuatro extremidades. Le diagnosticaron dos enfermedades: reumatismo juvenil y vasculitis sistémica, que dañaron tanto las manos como los pies. A esa edad, los médicos tuvieron que amputárselos.
“Pensé que ya no era posible hacer deporte”, dice. Por eso decidió dedicarse de lleno al arte. Ingresó a la Escuela de Bellas Artes, primero, y a Corriente Alterna, después. Hacía tablas de Sarhua con toques contemporáneos, pintaba, esculpía. “En el 2016, estaba haciendo esculturas y buscando referentes artísticos, cuando conocí a un fotógrafo americano, Michael Stokes, que trabajaba con personajes con amputaciones, casi todos veteranos de guerra, paradeportistas. “Al ver esos referentes, volví a creer en mí”, recuerda.
Stokes mostraba a sus modelos como estatuas griegas: bellas, olímpicas, desnudas. Un hombre sin piernas era colocado en un pedestal. Una mujer con los antebrazos amputados se convertía en una Venus de Milo. Dunia podía esculpirse un cuerpo nuevo. No volvió a la bicicleta, sin embargo. La bicicleta era el pasado. Escogió un nuevo destino, la natación, como lo habían hecho muchos de los modelos de Stokes.
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En enero del 2017 comenzaron sus primeras clases. “La primera vez nadé solo cinco metros”, dice. Al tercer mes ya entrenaba a ritmo de competencia en estilo libre y mariposa: se quedaba hasta por una hora y media en la piscina, normalmente después de almuerzo. En agosto de ese año participó en el Abierto de Paranatación en Medellín, Colombia. Trajo la medalla de plata en la competencia de 50 metros estilo mariposa con una marca de 1 minuto y 44 segundos. En el 2019, ganó una medalla de bronce en los Juegos Parapanamericanos de Lima, tras culminar en 1 minuto y 2 segundos en la misma categoría.
El año pasado se preparaba para clasificar a las Paraolimpiadas de Tokio 2020, cuando nos sorprendió la pandemia del coronavirus. De hecho, desde que se estableció el estado de emergencia en el Perú, en marzo pasado, no pudo entrar a una piscina sino hasta setiembre. “Solo podía entrenar en casa. Pero le saqué provecho a la pandemia para fortalecer los músculos”, dice.
Desde setiembre, cuando abrió el Centro Acuático de la Videna, retomó su ritmo normal de entrenamiento con un solo cambio. Cada quince días debía someterse a exámenes para descartar el COVID-19. Ahora es una de los casi cincuenta paratletas de diferentes países que luchan por llegar a Tokio. //
MARCAS Y LOGROS
Dunia Felices nació en Sarhua, Ayacucho, en 1990. Integra la selección nacional de paranatación desde el 2017.
Cuenta con apoyo financiero del programa ‘Vamos con Tokio’, del Instituto Peruano del Deporte (IPD).
Tras culminar en 1 minuto y 2 segundos en estilo mariposa, ganó una medalla de bronce en los Juegos Parapanamericanos de Lima, el 2019. Fue elegida Embajadora Medallista de Lima 2019.