La idea de negarse a brindar información de sus usuarios a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) le genera un gran temor a la presidenta ejecutiva de Yahoo, Marissa Mayer. La jefa máxima de la compañía de internet confesó el miércoles que temía acabar en prisión por traición si no cumple con las solicitudes de información.

Así lo aseguró Mayer durante una entrevista en la conferencia TechCrunch Disrupt realizada en San Francisco. Su interlocutor le había preguntado qué hacía para proteger a los usuarios de Yahoo de un gobierno tiránico.

Mayer dijo que Yahoo examina y lucha contra los pedidos del gobierno estadounidense que llevan el sello del tribunal secreto encargado de supervisar las actividades de la NSA, la Foreign Intelligence Surveillance Court (FISC), pero cuando la compañía pierde la pulseada debe hacer lo que se le pide o corre el riesgo de ser acusada de traición.

Los pedidos de información autorizados por la FISC llegan con una orden que prohíbe revelar nada al respecto, ni siquiera su existencia. Si uno no cumple, es traición, respondió Mayer cuando se le preguntó por qué simplemente no informaba de los pedidos de las agencias de inteligencia sobre datos de los usuarios de Yahoo. “Es clasificado, agregó.

Divulgar información clasificada es traición, y uno es encarcelado. En términos de protección a nuestros usuarios, tiene más sentido trabajar dentro del sistema.

METIDA DE PATA Yahoo, Google, Facebook, y Microsoft figuran entre las firmas de internet que presionan para obtener permiso de revelar más detalles a los usuarios sobre los pedidos de informes realizados en nombre de la lucha contra el terrorismo y otras amenazas.

Precisamente, el consejero delegado de Facebook, Mark Zuckerberg, aseguró que el Gobierno (de EE.UU.) metió la pata con los programas de espionaje en internet revelados por el ex técnico de la CIA Edward Snowden.

Facebook es una de las compañías que más solicitudes ha recibido por parte de la NSA para obtener información confidencial de sus usuarios. Desde enero, Facebook recibió 9.000 peticiones que afectaron a 18.000 cuentas de usuarios entre enero y junio de este año.

El cofundador de la popular red social declaró sentirse frustrado por no poder revelar qué datos se entregaron a las autoridades, al carecer de permiso judicial para hacerlo.

Zuckerberg insistió en que es necesaria más transparencia respecto a esos programas gubernamentales y se quejó de que el espionaje de EE.UU. no favorecía los intereses de las empresas estadounidenses que, como la suya, ofrecen un servicio global.