Si tuvieras que definir el año que acaba con un número, ¿cuál elegiría? A esta pregunta responden cuatro expertos con afinidad por las matemáticas y explican por qué.
22 POR SIMON SINGH, FÍSICO Y ESCRITOR BRITÁNICO: Mi número del año es el 22 y está relacionado con un problema conocido como el orden de los panqueques, creado por Jacob Goodman, quien cumplió 80 este año.
Imagina que tienes una pila de tortitas de diferentes tamaños desordenadas y que quieres ponerlas en orden: la más pequeña arriba y la más grande debajo de todo.
Puedes meter una espátula en cualquier punto de la pila y dar vuelta todos los panqueques que estén por encima.
Si sólo tienes dos panqueques que no están en orden entonces el número panqueque es uno, porque sólo necesitas dar una vuelta con la espátula. Para tres panqueques, el máximo número de vueltas necesarias es tres.
De esta forma puedes calcular el número panqueque para pilas de distintas cantidades, y el número para 19 panqueques es 22.
Ese es mi número elegido porque los matemáticos aún no han sido capaces de calcular la cifra para 20 panqueques.
Por cierto, el único trabajo de investigación que Bill Gates escribió en su vida fue sobre los números panqueques.
95 POR LINDA YUEH, ESPECIALISTA EN ECONOMÍA DE LA BBC: Mi número del año es el 95 porque es la notable cifra de la recuperación económica, a cinco años de la peor crisis en un siglo.
La desigualdad del ingreso ha aumentado considerablemente durante la recuperación. En Estados Unidos, los que más ganan –el 1% de la gente que tiene ingresos– se quedaron con el 95% de las ganancias desde 2009.
Un estudio de la Universidad de California en Berkeley observó que los ingresos del 1% que más gana crecieron un 31,4% mientras que los del 99% restante sólo aumentaron un 0,4%.
Por lo tanto, sólo se incrementaron los ingresos de muy poca gente y es difícil ver una base amplia para la recuperación.
Este fue el punto esencial del desacuerdo entre dos economistas premiados con el Nobel.
Joseph Stiglitz ve en esta desigualdad la razón por la cual la recuperación es tan lenta. Paul Krugman, por otro lado, opina que es una explicación demasiado simple.
Esta recuperación se basa en montones de dinero fácil en lugar de más gasto público, y ese dinero ha ayudado a que los mercados de valores alcanzaran cifras récord.
Si esa es la mayor fuente de crecimiento –como la subida de los precios de las acciones– entonces no es tan sorprendente que aumenten los ingresos de los más ricos, que tienen más acciones que los menos pudientes.
Y eso no es suficiente para apoyar al resto de la economía. Es una de las razones por las que muchos países no se han recuperado a los niveles anteriores a la crisis.
33,86 POR PAUL LEWIS, BBC EXPERTO EN FINANZAS DE LA BBC: Mi número es 33,86: esa es la cantidad de petaflops conseguidos en 2013 por la nueva merecedora del título computadora más veloz del mundo.
Peta son mil billones, es decir 10 a la 15ª potencia. Un flop es una operación de coma flotante por segundo, una medida del rendimiento de una computadora.
Para entenderlo, pensemos en la multiplicación de dos números realmente grandes en un segundo: eso es un flop.
Por lo tanto, una computadora de petaflops puede hacer multiplicaciones de miles de billones por segundo, y hacerlas bien.
Cuando se publicó la lista de las computadoras más veloces en junio pasado, la nueva computadora china Tihane-2 fue directamente al número uno. Alcanzó los 33,86 petaflops, que es casi dos veces más rápido que Titán, la otra finalista, del Departamento de Energía de EE.UU.
Aún era la más rápida en noviembre, cuando se publicó la última lista.
Tihane-2 está haciendo 33.860 billones de cálculos cada segundo. Los récords informáticos no suelen durar mucho tiempo: dos meses antes del gran avance de China, la primera computadora de un petaflop, que reinó en 2008, fue descartada por lenta.
Cuando se difunda la siguiente lista, Tianhe-2 puede llegar a ganarse a sí misma. Su máxima velocidad teórica es de más de 50 petaflops, pero incluso ese récord puede quedar obsoleto pronto ya que los genios informáticos apuestan por la llegada de una máquina de un exaflop (trillón de flops) para 2017.
Eso significa mil millones de cálculos cada milmillonésima de segundo.
73 POR PIPPA MALMGREN, DE PRINCIPALIS ASSET MANAGEMENT. El 73 es el número de la tabla periódica de un elemento del que poca gente ha oído hablar: el tantalio.
Somos increíblemente dependientes de este metal raro. Es esencial para todas las telecomunicaciones y para mucho del equipamiento de defensa.
Además, los teléfonos móviles no funcionarían sin él.
El tantalio sirve como recordatorio de que en la economía mundial muchas de las cosas más importantes que necesitamos son muy limitadas. Uno asume que si necesitas algo como el tantalio es fácil tenerlo.
Pues no es así. No tenemos suficientes ingenieros, incluyendo expertos en minería, y no los tendremos probablemente por algunos años hasta que rectifiquemos este desequilibrio.
En los últimos 25 años, quienes poseen algún talento matemático se dedicaron a las finanzas porque en esa carrera se ganaba más. Eso significa que ahora estamos frente a una escasez global de ingenieros.
El nuevo año será interesante porque será la primera vez que los graduados de Escuela de Minas de Colorado, la mejor universidad de ingeniería de Estados Unidos, tendrán mejores salarios que los egresados de la Escuela de Negocios de Harvard y esto estimulará a la gente joven con inquietudes matemáticas a dedicarse a la economía real, que es una gran cosa.