El mar de la Antártida esconde muchas sorpresas. No solo nos podemos encontrar con ballenas jorobadas, sino también muchas cosas por descubrir en su fondo. (Foto: Óscar Paz Campuzano)
El mar de la Antártida esconde muchas sorpresas. No solo nos podemos encontrar con ballenas jorobadas, sino también muchas cosas por descubrir en su fondo. (Foto: Óscar Paz Campuzano)
Oscar Paz Campuzano

El monte Orca es un volcán submarino en la que habría erupcionado hace algunos miles de años. Todavía no hay evidencia clara de que esté activo, pero podría estar emanando gases y minerales del interior de la Tierra, lo que influiría en la biodiversidad de esta zona, cercana a la base peruana Machu Picchu.

Este volcán se localiza en un área del mar de la conocida como estrecho de Bransfield. Desde nuestra base científica –en la ensenada Mackeller (isla Rey Jorge)– son tres horas navegando o 15 minutos en helicóptero. 

Infografía: Raúl Rodríguez / El Comercio
Infografía: Raúl Rodríguez / El Comercio

Si bien antes ya se han hecho algunos estudios sobre este monte, para esta segunda etapa de la XXVI Campaña Científica del Perú en la se están profundizando algunas investigaciones. 

Una de estas ha sido establecer con precisión sus características y cómo se originó. El BAP Carrasco, buque oceanográfico polar de la Marina de Guerra del Perú –construido para desarrollar investigaciones en la –, cuenta con una ecosonda multihaz, equipo que permite reconstruir en 3D el fondo marino. 

Con el uso de esta tecnología, los investigadores han logrado establecer que desde la superficie del agua hasta la zona más elevada del monte hay 604 metros, y en el área más profunda del cráter existen unos 1.208 metros. El monte, en su lado más ancho, alcanza los cuatro kilómetros. 

Una vez definidas sus dimensiones, se empezó a tomar muestras del suelo marino y de agua con equipos lanzados desde el buque (draga y roseta oceanográfica). Con la evaluación de estas muestras se espera establecer si está expulsando gases o minerales que influyen en la biodiversidad.

—IMÁGENES DEL FONDO—
El último lunes, el BAP Carrasco se posicionó sobre el cráter del monte Orca para lanzar otro de sus equipos: el ROV, una especie de dron que baja hasta los mil metros de profundidad en el mar para hacer grabaciones. 

Con este equipo fue posible observar que el cráter es hábitat de peces de aguas profundas, estrellas marinas (con brazos más delgados), especies parecidas a las anguilas, almejas, esponjas y otros invertebrados. Las imágenes están siendo revisadas por los expertos. 

Aldo Indacochea, biólogo de la Universidad Científica del Sur y ex especialista de la Dirección de Biodiversidad del Instituto del Mar Peruano (Imarpe), explicó que se está evaluando si hay especies de animales que evidencien cierta actividad volcánica. 

“El monte no presentaría gran actividad, pero podrían haber fisuras y pequeñas emanaciones. Si fuese así, eso cambia las condiciones del lugar. Puede elevar la temperatura y proporcionar nutrientes que permitan la vida de especies como caracoles o cangrejos”, explicó Indacochea. 

—LAS BALLENAS Y EL MONTE—
Llamó la atención que durante el paso del buque sobre el monte Orca se notara una mayor . ¿Coincidencia o más bien tiene relación con la presencia del monte? 

Para la bióloga y oceanógrafa Constanza Ricaurte, del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de Colombia, esto podría deberse a que el monte está emanando ciertos minerales –como hierro– y produciendo más plancton, lo que atrae al krill. Este crustáceo del mar antártico es el principal alimento de las ballenas jorobadas. La hipótesis debe ser confirmada y por eso es tan importante saber si el volcán tiene algún tipo de actividad. 

Los geólogos Rudolph Herbstaedt y Nicolás Philippi, de la Universidad Andrés Bello (Chile), tienen dos hipótesis sobre la génesis de este volcán submarino: se habría originado por la separación de las islas Shetland, de la península Antártica, o por la misma actividad volcánica de la Tierra. Con las muestras del cráter también quieren datar su antigüedad. 

En los siguientes días, el BAP Carrasco continuará en la navegando desde el estrecho de Bransfield hasta el Golfo del Terror. La idea es encontrar en el trayecto nuevos volcanes submarinos. 

Trabajo conjunto
Este estudio fue propuesto por el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico del Perú (Ingemmet), y coordinado con el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú. Participan investigadores de la Universidad Científica del Sur, Universidad Nacional de Piura, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Colombia) y la Universidad Andrés Bello (Chile).

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