Hablar dos idiomas o más supone una ventaja para la capacidad cognitiva del cerebro, que ayudaría a mejorar la memoria y la atención, asegura la experta en neurociencias Itzel Orduña, de la Universidad de Búfalo (EE. UU.).
"Aunque la evidencia en el estudio de las diferencias entre los cerebros bilingües y monolingües es aún limitada, se ha demostrado que los primeros tienen mayor activación en el giro inferior frontal izquierdo lo que se involucra en el procesamiento del lenguaje, y que, a diferencia de los monolingües, usan esta misma área cerebral para otras actividades que requieren habilidades de flexibilidad cognitiva", explicó Orduña.
Las personas bilingües constantemente practican la flexibilidad cognitiva al decidir cuál lengua hablar y cuál suprimir de acuerdo con el contexto en que se encuentran, habilidades que también aplican a la capacidad para adaptarse a cambios de manera fácil y procesar información de un modo eficiente y adaptativo, señaló la experta mexicana.
Agregó que se han encontrado diferencias en la estructura de esta región cerebral que sugieren que las personas bilingües tienen una mayor cantidad de neuronas en esta área y que las fibras que conectan un hemisferio cerebral con el otro están mejor preservadas en adultos mayores bilingües que en los monolingües.
Así, ser bilingüe proporciona ciertas ventajas cognitivas, particularmente en relación a la "función ejecutiva", un término que se refiere a un conjunto de habilidades cognitivas que permiten organizar y planear la conducta.
"Se cree que estas habilidades, que incluyen procesos como la atención selectiva, la memoria de trabajo, y la capacidad de inhibir y seleccionar información, permiten una mayor flexibilidad cognitiva, la cual involucra la capacidad para adaptarse a cambios y procesar información de manera eficiente y adaptativa", comentó.
Además, estudios demuestran que el bilingüismo podría tener un efecto de protección contra el deterioro cerebral, que ocurre naturalmente con la edad, destacó la especialista.
Lo positivo, afirma la neurocientífica, es que las habilidades cognitivas ciertamente cambian y mejoran a lo largo de la vida.
"Entre más se practican tareas o actividades que requieren ciertas actividades cognitivas, como la atención o la velocidad de procesamiento, más se ejercitan o refuerzan las áreas del cerebro o los circuitos neuronales de los que dependen estas habilidades", indicó.
"Entre más eficientes y precisas son estas habilidades, mejor nos podemos desempeñar en nuestras actividades de la vida diaria", agregó.
Fuente: EFE