La digitalización supone un cambio drástico de época, inclusive según indica el Foro Económico Mundial (WEF), estamos en la cúspide de una cuarta revolución industrial, también conocida como la era digital, la cual es impulsada por los avances tecnológicos. En definitiva, todos estamos de acuerdo en que las nuevas tecnologías y el internet se han filtrado de una forma casi omnipresente en la vida cotidiana actual, por tal motivo, muchas de las cosas que hacemos en nuestro día a día están ligadas al uso de un ordenador, y sobre todo, a un smartphone, el cual se ha convertido en una extensión de nuestro ser.
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Cabe señalar que, el rápido avance tecnológico ha obligado a millones de personas alrededor del mundo a acostumbrarse a esta nueva forma de vida, ya que quien no logra adaptarse a esta “cultura digital”, finalmente no logra sobrevivir. Pero debíamos cuestionarnos lo siguiente ¿Está la tecnología democratizada? ¿Existe una verdadera inclusión digital? Si bien es cierto, la absorción de la tecnología requiere de tiempo, en efecto existe una gran brecha digital, es decir, un grupo específico de personas, como es el caso de los adultos mayores, quienes al ser considerados por muchos como seres limitados y con pocas posibilidades de aprendizaje, pierden la oportunidad de gozar de los múltiples beneficios de estas nuevas herramientas.
En la actualidad, este sigue siendo una problemática en diversas partes del mundo; no obstante, algunos países ya han tomado cartas en el asunto, con la finalidad de desarrollar programas de inclusión digital orientados al adulto mayor. Lamentablemente, en el Perú aún sigue siendo una temática poco visible, ya que a pesar de ser una población vulnerable, no existen muchas iniciativas que contribuyan con su desarrollo integral, y específicamente, con sus habilidades tecnológicas.
-UNA INICIATIVA DE INCLUSIÓN DIGITAL-
Ante la falta de interés por parte de las autoridades locales con respecto al tema de la inclusión digital, Roxana Ruiz, es una mujer que lleva más de tres años involucrada y comprometida con la causa, ya que al darse cuenta que no existía un programa orientado al adulto mayor en el Perú, decidió embarcarse en una nueva aventura y poner en marcha su propio emprendimiento llamado “Adultos Mayores para la Inclusión Digital (AMID)”, cuyo objetivo es desarrollar y potenciar capacidades cognitivas-sociales en esta población en cuanto a las nuevas tecnologías.
“AMID está basado en una experiencia que tuve en Buenos Aires en donde vive mi tía, quien es adulto mayor. Cuando fui a visitarla me comentó que le habían regalado una tablet, lo que verdaderamente me sorprendió, pero luego me enteré que a todas estas personas les regalan este tipo de dispositivos y luego los capacitan para que sepan utilizarlos. Inmediatamente esto llamó mi atención, ya que me interesaba mucho que mi mamá pudiera asistir a un taller similar en Lima; sin embargo, lo único que encontré fueron unas clases de computación, razón por la cual me animé a crear mi propio emprendimiento. Yo venía realizando consultorías independientes y también tutorías para chicos universitarios, entonces a algunos de ellos les consulté si tenían abuelitos o conocían a adultos mayores que estén interesados en aprender sobre el manejo de sus celulares, motivo por el cual empecé a enseñar de manera particular y gratuita. Poco a poco fui armando mi material y una metodología que se ajustara al proceso de enseñanza-aprendizaje en adultos mayores, y fue así como nació AMID en el 2016”, refirió Roxana Ruiz, directora de AMID en exclusiva con El Comercio.
Sin lugar a dudas, para Roxana esto significó un gran reto desde el comienzo, pero su afán por demostrarle a todo el mundo, y en especial, a los adultos mayores que sí son capaces de aprender y que la tecnología está hecha para todos, decidió prepararse con una coach argentina, una gerontóloga, quien la ayudó a conocer cómo son verdaderamente los adultos mayores y cómo aprenden.
Además, su ambición por beneficiar a un mayor grupo de personas, la impulsó a abrir su primer taller de inclusión digital gracias al apoyo de la Municipalidad de La Molina, el cual causó gran sensación por lo que al poco tiempo, tuvo a su cargo nueve grupos. “Fuimos el primer taller de celulares y tablets en el Perú con una metodología formulada, lo cual ha servido como base para que hoy en día algunas personas realicen también sus propias iniciativas. Ello me genera mucha ilusión porque finalmente creo que de eso se trata, puesto que es muy difícil de que yo pueda llegar de manera presencial a todo el Perú. Para mí inclusión digital abarca tres variables fundamentales: conectividad, accesibilidad y socialización”, explica.
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