Ricardo Hinojosa Lizárraga

En apenas 4 años, ha alcanzado la fama de un modo que hoy parece ajeno a algunas de las nuevas grandes estrellas de la : gracias a su talento para componer. Y lo hace con canciones que, más allá de su sencillez, han encajado en el gusto de los más de 5 millones que lo escuchan mensualmente por Spotify. Esto, a pesar de que su propuesta está lejos de los géneros urbanos de moda que tanto se oyen en la gran mayoría de radios.

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El 2018, Ed Maverick (nacido como Eduardo Hernández Salcedo en Chihuahua, el año 2001), grabó de forma independiente el álbum “Mix pa’ llorar en tu cuarto”, influenciado por la música alternativa, el rock y el folk. Pronto, y para sorpresa del propio artista, su tema “Fuentes de Ortiz” se convirtió en un fenómeno de Internet, pero también fuera del mundo virtual: hasta abril de este año había vendido más de 820 mil discos en todo el mundo. Esto lo hizo ganador, en pocos años, de un disco de diamante por “Fuentes de Ortiz”, un disco doble platino por “Acurrucar”, un disco platino y oro por “Del Río” y “Ropa de Bazar” y otro de platino por “Quiero”.

La fama, sin embargo, también le mostró su lado oscuro cuando, a fines del 2019, algunos comentarios negativos en sus redes sociales se convirtieron pronto en una horda de trolls que no dejó de atacarlo sin ninguna razón justificada. Fue solo una ola de odio, amenazas y ataques que lo llevaron a cerrar sus cuentas y alejarse de las redes sociales por un tiempo, afectado emocionalmente. Después de un tiempo, reconciliado con la ruta que lo hizo famoso, Ed Maverick retomó sus perfiles y continuó con lo que mejor sabe hacer: componer canciones que, a pesar de su raigambre naif, no pierden fortaleza, potencia u originalidad.

El 2019 lanzó “Transiciones” y el 2021 hizo lo propio con “Eduardo”. Ese mismo año fue premiado por la revista GQ como “Cantante mexicano del año” y obtuvo un Latin Grammy por “Mejor Ingeniería de Grabación” gracias a su trabajo en el disco “El madrileño” del rapero C. Tangana. Este 30 de agosto llega a Lima para mostrarnos lo mejor de su repertorio.

—Ed, tu carrera es un boom, has logrado muchas cosas en muy poco tiempo, apenas 3 o 4 años. ¿Qué sensaciones tienes al respecto?

Bueno, en general son muchas cosas buenas y, no lo digo de mala forma, pero son también experiencias inhumanas, extraordinarias y conllevan muchas cosas por sentir, cosas muy extrañas que son nuevas para cualquiera y son también difíciles de procesar, positivas como negativas. Es como la vida en sí: simplemente las cosas suceden y se procesan y tratas de ir bien con ello.

—En la letra de una de tus canciones dices: “Quisiera que todo fuera mentira y de un chingazo despertar” pero, probablemente, ahora estás viviendo un sueño del que no quisieras despertarte (Risas) ¿Imaginabas una carrera así la primera vez que publicaste un video de una canción tuya en internet?

No, nada de esto se tenía previsto. Todas estas cosas que han pasado han sido completamente un sueño, viéndolo como fuera del margen romántico de las palabras, no sé. Es que a veces sí se sienten muchas cosas, como que uno pudiera despertar y tener 7 años, por ejemplo, o estar en la escuela, no sé, despertar de repente. Muchas cosas que vivo se sienten de esa forma y todo bien, a veces vivo como pensando que la vida es una simulación. (risas)

—¿Qué cualidades de tu música sientes que son las más apreciadas por tus seguidores? Porque en poco tiempo has logrado millones de visitas en YouTube y en Spotify. Eso significa que hay millones de personas que se identifican con tus letras.

Ahorita no siento que suceda tanto de esa forma, pero voy a decir, por ejemplo, que las canciones del primer disco eran apreciadas por la sencillez y la intimidad que provocaban en la gente, además de que estaba cantando en español de una manera más coloquial. Entonces, es fácil identificarse con una letra que habla como uno mismo, con un lenguaje que nosotros utilizamos cotidianamente. Actualmente siento que tiene que ver también con un estilo que ya tenía mucho tiempo queriendo expresar, un nuevo sonido que quería poner allá afuera y siento que cada vez mucha más gente lo va entendiendo y se vuelve más parte de escuchar a Ed Maverick. Se valoran también sonidos, texturas, son varias cosas que suman dos partes: la del sentimiento y la más estudiosa de la música. No sé cómo decirlo, la parte más analítica que el proyecto termina de abarcar. Ocasionarle esto a algunas personas es algo que genuinamente me hace sentir bien, así como a mí otra música también me hace sentir bien y me hace sentir otras cosas.

—¿Te ha costado encontrar ese sonido propio o fue lo que nació naturalmente?

Uno no puede deslindarse completamente de la referencia actual de la música y cómo suena allá afuera. Hay mucha gente que se arriesga a proponer qué es lo que va sonar después, pero en mi caso creo que soy simplemente una esponja de todo lo que escucho todo el tiempo, y soy una esponja de ideas también, siento que así funcionamos todos. Así que, de alguna forma, muchas de las cosas terminan rebotando entre artistas, independientemente de la distancia. Por ejemplo, cuando hice el último disco no tenía mucha idea de la producción, pero sabía que quería clavarme más con los sonidos, con la narrativa, algo que se pudiera escuchar seguido y todo eso. Entonces, todo es parte de las cosas que escucho y cómo estas repercuten en mí, de cómo quedan grabadas en el inconsciente y a la hora de hacer música se replican.

—Es interesante ir recogiendo influencias e ir dándole identidad propia a tu sonido. En ese sentido ¿Qué significa el éxito que estás teniendo? Porque hay artistas que, cuando lo logran, dejan un poco de lado sus inquietudes musicales en favor de las exigencias de cierto mercado. ¿Qué has pensado al respecto?

Pues es algo un poco inquietante. Al final del día un músico, y más si tiene este tipo de sucesos en su vida como lo es el éxito, que no sé de qué forma se puede medir, llega ahí cuando satisface sus necesidades y tienen esa comodidad de decir “hice lo que realmente quería”. Hasta ahorita yo no he hecho algo que genuinamente quiera más que tocar música y creo que, aun cuando sí había una necesidad de que pasara algo tan mágico, no es algo que haya estado buscando. A mi generación nos han impuesto que el ser músico no es un trabajo, que ser fotógrafo o bailarín no es un trabajo y muchas cosas de ese tipo, entonces es difícil pensar que estas cosas puedan pasar, sobre todo por cómo era mi vida antes de esto. Yo no tenía esperanza de que pudiera hacer algo con la música. Simplemente sabía que podía tocar con bandas, subir mi música a internet y ver si la pelan o no. Y así pasó que mucha gente le dio atención. Personalmente siento que tampoco me quedo a gusto con una sola cosa y todo el tiempo estoy en constante cambio en cualquier cuestión de mi vida, así que también tiene sentido que mi música sea así. Yo solo siento esa presión de mantener esto vigente y también me gusta complacerme como artista y como músico y bueno, puede sonar egoísta, pero en la música y en lo que hago primero voy yo y si hay un éxito de por medio es porque a la gente le gusta eso y uno no elige este tipo de sucesos. Si lo que hago encaja con que a alguien más le guste y que la música por sí sola lo haga, pues qué chingón. Hay momentos en los que un artista logra que mucha gente entienda lo mismo. Yo saqué música y el primer disco encajó con mucha gente y a mucha gente le gustó y eso no tiene que pasar todo el tiempo, uno no siempre conecta y no hay problema con eso.

—¿Es más importante para ti irte a dormir tranquilo con la música que has compuesto ese día que siendo un artista muy escuchado en el mundo?

Exacto. Y cada cierto tiempo recuerdo por qué quise cambiar de música. Por ejemplo, cuando hice el disco “Eduardo” no quería saber mucho de la fama y todo eso, ya estaba cansado, la verdad. Entonces, hacer ese disco fue como un escudo de auto defensa, por un lado y, por otra parte, es ser como yo mismo, hacer lo que yo quiero y probarme que puedo hacerlo y que, de alguna forma, la vida va a seguir y todo bien. No se acaba el mundo si uno no saca música que complace a la gente todo el tiempo.

—Hablando precisamente de “Eduardo”, tu disco más reciente, ¿Fue una manera de responder y reafirmarte ante todo este incidente incómodo con el bullying de trolls que sufriste en redes?

Sí. Frente a todos. Creo que si ya estoy en este juego de ser conocido y hacer música que tenga atención, como mínimo tengo que presentarme y explicarle a la gente quién soy. Preferiría no hacerlo, preferiría que fuera más fácil, es lo que todos queremos, pero al final es eso, es una nueva carta de presentación, incluso para esa gente a la que le repele mi música porque es “muy sencilla”, entre otras cosas. Colateralmente, sé que la música complace a esa parte de la población o ese sector de los oyentes, pero no es intencional que suceda así. De manera natural uno como músico quiere que suceda, claro, y si la gente va hablar de cosas pues que sea de cosas chidas, pues si al final del día uno puede contribuir a que la conversación en cualquier lado deje de ser tan simplista, por así decirlo, y no tan innecesaria, pues qué mejor.

—“Fuentes de Ortíz” fue tu primer single, lanzado el 2018. ¿Cómo nace este tema que compusiste a los 16 años y cómo te sientes de interpretarlo ahora que tienes 21?

Bueno sí, la compuse cuanto tenía 16 años, como bien dices, y la hice pensando en la historia de uno de mis mejores amigos desde la infancia. A los 16 le pasó una situación con una muchacha y quise escribirla y la canción salió en 15 minutos (risas). Luego seguí haciendo canciones y pensamos todos que “Acurrucar” iba ser el hit del disco, pero resultó ser “Fuentes de Ortiz”. Ahora que pasó el tiempo no me identifico mucho con ella, porque pienso en otras cosas y escribo de otras formas, pero sé que a mucha gente le gustó y que aún les sigue gustando. Así que entonces, suena muy mamón, pero cuando la canto es el momento que las personas que asistieron al concierto están esperando (risas). Para las personas es un gusto escucharla, entonces, que la escuchen. No tengo porqué privarlos de eso. ¡Todo bien! (risas)

—En los últimos años muchos artistas Indie han alcanzado difusión mundial. En este contexto, ¿Qué significa para ti ser un artista indie, latinoamericano, mexicano, chihuahuense? ¿Cómo marcas tus diferencias?

Aunque ya no soy un músico independiente, obviamente sigo viendo la música independiente de cerca. Tengo muchos amigos independientes que ya no están más con disqueras y yo también viví esa independencia durante los dos primeros años de mi carrera, y te digo que hay algo que rodea la música independiente de una forma distinta, no sé, es como un fenómeno raro, personas que se fijan en cosas específicas, es como una actitud que no lleva realmente reglas. Los artistas en un punto están mejor y ambicionar que un artista tenga que despreocuparse por ciertas cosas es bueno. Tampoco me gusta romantizar a todos por igual, pero sí se siente como muy chingón hacer cada uno sus propias cosas, y también entiendo la música independiente como resistencia a lo masivo, un modo de hacer las cosas a su manera, y eso premia mucho.

Ed Maverick en Lima

Fecha: martes 30 de agosto 

Hora: 8:00 PM 

Lugar: C.C. Barranco 

Dirección: Av. República de Panamá 220 

Venta de entradas: Joinnus 

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