La historia del funcionario bancario que trabajó 70 años sin tomar vacaciones
El empleado logró un alto puesto luego de laborar por largos años, sin descanso. En el camino solo paró cuando tuvo que superar la pérdida de una pierna y recuperarse tras ser atropellado por un automóvil en el centro de Lima.
Un día después que la inesperada erupción del volcán Taal causara una tragedia en Filipinas, una historia increíble de esfuerzo y dedicación recorrió las calles del Perú, a través de la información de El Comercio del 29 de setiembre de 1965. En esas páginas se conoció que un funcionario del Banco de Crédito del Perú (BCP) cumplió 70 años de servicio ininterrumpido. Lo anecdótico de su carrera fue que nunca tuvo vacaciones y que sólo faltó dos veces al trabajo: cuando le amputaron una pierna y la vez que lo atropelló un auto en la avenida Abancay, en el Cercado de Lima.
SUS INICIOS EN EL MUNDO BANCARIO
La mañana de ese 29 de setiembre de 1965, se conoció la increíble historia de Atilio Molinelli Canessa, un funcionario del BCP de 86 años de edad. El experimentado empleado estaba a punto de cumplir 70 años de labor ininterrumpida en dicha institución.
“Don Atilio”, como le llamaban de cariño en la empresa, le dijo al reportero de El Comercio que empezó a trabajar desde los 16 años. Desde ese momento nunca tuvo vacaciones.
Molinelli recordó que su primer trabajo fue en la sucursal del Callao, en el antiguo Banco Italiano, nombre con el que se conocía entonces al BCP. “Ingresé el 1 de octubre de 1895, cuando la entidad tenía cinco años de haberse fundado”, dijo el funcionario.
Allí trabajó de forma gratuita durante un año; esto debido a que su padre no permitió que recibiera una remuneración, ya que “era un hijo de familia y el dinero lo podía malograr”.
A lo largo de su impecable trayectoria, Molinelli desempeñó diversas funciones hasta llegar a ser funcionario del Departamento de Cuentas Centrales de las oficinas principales del BCP. En esa área llevó los libros con una perfecta caligrafía y nunca usó una máquina para realizar cálculos matemáticos. Tal destreza fue calificada por el cronista de este diario como “laenvidia de muchos jóvenes”.
CLAVES DE SU ÉXITO
Atilio Molinelli estaba casado y tenía 7 hijos, 26 nietos y 3 bisnietos. En su juventud fue un gran deportista y también uno de los fundadores del Club de Regatas Cannotieri, en donde tuvo el cargo de Presidente Honorario.
El hombre sin vacaciones reveló el secreto que le permitió trabajar tantos años sin parar: “Mi excelente estado de salud se debe a que no bebo ni fumo”, dijo sonriente. Luego indicó que cuando vivía en el Callao caminaba hasta Lima todos los días para poder llegar a su trabajo.
Esa actividad física se mantuvo hasta que se mudó a Chosica. Desde ese momento, Molinelli empezó a levantarse todos los días a las 5 y 30 de la mañana para poder llegar puntualmente a su centro de labores. Una muestra de esfuerzo y constancia que le ayudó a lograr sus objetivos.
Finalmente, don Atilio dijo que solo en dos oportunidades no pudo ir a trabajar: cuando le amputaron una pierna y “hace algunos meses, cuando lo atropelló un automóvil en la avenida Abancay”, en el Cercado de Lima.