En el Perú también se trabaja con genética
Por Bruno Ortiz B., enviado especial. Confieso no saber qué es lo que me impresionó más: enterarme sobre los trabajos genéticos que se realizan en nuestro país a más de 4.000 metros de altura en un lugar muy alejado –pero muy hermoso- de Puno para conservar la variedad de alpacas o saber que esta impresionante labor se ha venido realizando a lo largo de los años sin contar con un sistema de electrificación las 24 horas. Pues bien, eso es parte de lo que realiza el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA). Conoce más sobre esta labor y mira algunos videos de los laboratorios.
Lee la nota publicada en El Comercio sobre este tema
La labor del INIA es muy interesante, pues según me indicaron todo el desarrollo de tecnología y conocimientos luego es transferido a los comuneros a manera de seminarios, charlas, cursos o asistencia técnica para mejorar sus instalaciones.
La visita se desarrolló durante dos días y es por eso que este post estará dividido en dos:
Día uno: Visita al Centro de Investigación y Producción (CIP) de Quimsachata
Quimsachata es una zona que se encuentra en el límite de las provincias puneñas de Lampa y San Román, específicamente entre los distritos de Santa Lucía y Cabanillas. Para llegar allí, desde Juliaca y en una camioneta particular, nos demoramos unos 40 minutos.
El CIP está ubicado a 4.300 m.s.n.m, en una de las orillas de la espectacular laguna de Saracocha. Pese a que es invierno, la temperatura fue buena con nosotros y no sufrimos los fuertes vientos helados.
Lo primero que vimos fue parte del banco de germoplasma (material genético vivo) de camélidos sudamericanos que tienen allí. Cuentan con 1.700 alpacas de color. Nos explicaron que gracias a la técnica del empadre controlado lograron recuperar 18 de las 21 tonalidades de colores reconocidas por la industria.
Esos colores son:
Además cuentan con 1.200 llamas, 50 paco vicuñas (alpacas cruzadas con vicuña) y 50 alpacas tres cuartos (producto del cruce de paco vicuñas con alpacas).
La fibra
Los especialistas del INIA nos explican un poco la situación: el mercado prefiere la fibra blanca y paga más por ella (unos 16 soles por libra a comparación de los 5 soles por libra de fibra de color). Por ese motivo los comuneros empezaron a hacer mezclas para aumentar su producción de fibra blanca. Sin embargo producto de los cruces la raza de las alpacas se fue haciendo cada vez menos pura y por consiguiente con una fibra más gruesa que la requerida.
Un cabello humano tiene aproximadamente 40 micras de grosor. El mercado considera que una fibra de alpaca es fina cuando mide 22 micras. Las fibras de los animales mezclados sobrepasaban las 25 micras de grosor.
“Cuando la crianza es técnica, cuando se ha realizado un mejoramiento genético los machos pueden dar entre 7 u 8 libras al año”, señala el ingeniero Teodocio Huanca, jefe del programa nacional de investiagción en camélidos del INIA.
Por eso es que han hecho un seguimiento genético para determinar las razas puras y someterlas a tratamientos para empezar a aumentar la población. Mientras que los seleccionados proporcionan su semen, las hembras producen mayor número de óvulos de lo normal gracias a un tratamiento hormonal. Se realiza la inseminación artificial y luego, cuando los embriones están listos, se hace transferencia de los mismos a otras alpacas hembras que sirven como “vientres de alquiler” y así aumentar la posibilidad de nacimientos de animales de mayor calidad. Con el producto de un solo macho se pueden fecundar hasta seis óvulos.
Demás instalaciones
Nos mostraron sus otros ambientes, en donde realizan trabajos de control de la calidad de la fibra y labores de sanidad, para garantizar la salud de los animales del CIP.
En el CIP de Quimsachata trabajan 12 personas fijas, entre veterinarios, ingenieros y personal técnico. Cuentan con dormitorios, área de servicios y comedor. Además, tienen algunas aulas que son usadas para dar clases principalmente durante el verano.
Llegó la luz
Recién el 4 de junio se inauguró el sistema de electrificación en Quimsachata. Es increíble cómo han podido lograr todos los avances pese a estar supeditados a la poca energía de unos generadores portátiles. Los trabajos para tender los 12 kilómetros de cableados demandaron seis meses y una inversión de 800 mil soles, según el jefe del INIA, Daniel Reynoso.
Él se mostró muy esperanzado por todo lo que se va a poder realizar en la zona gracias a la llegada de la electricidad y hasta se animó a poner metas qué cumplir este año: 10.000 alpacas mejoradas genéticamente y 2.000 hectáreas de pasto mejorado.
Un video del banco de germoplasma en Quimsachata
Día dos: Visita a la estación experimental de Illpa
El viaje de hoy fue un poco más corto. Solo a 20 minutos de Juliaca. Exactamente a la altura del kilómetro 22 de la carretera Puno – Juliaca. Este es uno de las 12 estaciones experimentales que el INIA tiene en el país. Aquí se realizan investigaciones para mejoramiento del forraje, procesamiento de lácteos y también existe un banco de germoplasma de cultivos andinos.
Primero visitamos las pequeñas instalaciones del proyecto Frelac. Allí nos atendió la coordinadora del mismo, la ingeniera María Jiménez Pastor. Nos explicó que el proyecto se lleva a cabo desde el 2002, con financiamiento del INIA de España, para reducir la pobreza de los comuneros de las zonas aledañas a través de la producción de lácteos y la promoción de sus derivados.
Se le compra la leche a los comuneros integrantes del proyecto, se les recoge desde los mismos establos y se lleva a un pequeño laboratorio ubicado en la estación de Illpa. Allí se fabrica queso que es vendido en el Cusco. Con ese dinero el proyecto obtiene los ingresos necesarios para continuar.
“En un principio la meta era que los comuneros produzcan más leche. Antes producían por vaca de dos a tres litros, hoy han doblado su producción. Esto lo han logrado mediante el mejoramiento genético de sus animales, con el incremento en la calidad de la alimentación y por la nueva infraestructura en sus campos, como cobertizos, bebederos, etc. Se ha mejorado el manejo integral del ganado vacuno”, señala la ingeniera Jiménez.
Sin embargo, también transfirió los conocimientos necesarios para que los mismos comuneros puedan instalar sus propios laboratorios de producción de quesos pasteurizados.
Ahora han iniciado una segunda etapa, con apoyo canadiense, en la que buscarán estandarizar la producción del queso y mejorar el control de calidad, además de la construcción de un local más amplio para procesar mayor cantidad de litros de leche.
Cultivos
Luego conversamos con el ingeniero Gregorio Argote, coordinador del Programa Nacional de Investigación en pastos y forrajes del INIA. Nos demostró que los cultivos hidropónicos son una buena alternativa particularmente para las épocas del frío extremo, pues se puede conseguir forraje de buena calidad, en mucha mayor cantidad y en menor tiempo. Estos conocimientos se comparten con los campesinos.
Un video sobre la producción de quesos en Illpa
En realidad se trató de una comisión muy gratificante pues pude comprobar que en nuestro país se hacen trabajos muy importantes con mucho empeño y superando las adversidades. Asimismo, me parece justo resaltar las labores que se están haciendo para tratar de revertir la alarmante situación de los camélidos sudamericanos, que cada vez son menos y mucho menos aquellos que mantienen la raza pura.