“Es posible proteger las centrales nucleares en casos extremos”
Se llama Yukiya Amano y es el director de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), el organismo especializado de la ONU que promueve el uso de la energía nuclear en varios campos del desarrollo humano, así como la seguridad nuclear y la no proliferación. El embajador Amano visitó el Perú como parte de una gira regional y conversamos con él sobre el apoyo que este organismo le brinda a nuestro país y sobre las enseñanzas que sigue dejando el terrible accidente de la central de Fukushima.
¿Cuál fue el motivo principal de su visita al Perú?
El Perú es un país muy importante para la OIEA, pues tenemos relaciones excelentes y muy antiguas. En este momento, el Perú tiene un sitio en la junta de gobernadores del organismo, es decir, el cuerpo colegiado que toma las decisiones. Por eso era muy importante para mí venir en esta ocasión. Además, el Perú ha sido el primer país de Latinoamérica que ha suscrito un protocolo adicional, que es un instrumento jurídico que prevé un sistema de inspección más profundo y mayor que los acuerdos de salvaguardia que ya tiene la OIEA. Por lo tanto, ustedes tienen una actitud pionera y muy favorable. Quería hablar con quienes toman las decisiones políticas en el país y con los encargados de salud y las áreas técnicas locales.
Uno de los mensajes de la OIEA es que la energía nuclear puede servir para la lucha contra la pobreza, pero para la mayoría de gente son dos conceptos que no tienen relación…
Te pongo un ejemplo: esta mañana visité el INEN y la tecnología y la ciencia nuclear son muy útiles para el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Entonces, una de las cosas que yo estoy proponiendo es la mayor utilización de la medicina nuclear. Uno de mis mayores esfuerzos ha sido promover las aplicaciones nucleares en la lucha del cáncer en los países en desarrollo, donde existe un déficit en ese sentido, pero estamos avanzando. Otro ejemplo: por la tarde estuve en la Universidad de La Molina, con quienes tenemos varios programas de cooperación muy concretos. A través de estos apoyamos en el desarrollo de cultivos y granos con modificaciones y mutaciones para los cuales se usan técnicas nucleares. Esto permite que sin modificar esencialmente estos productos, por ejemplo, la cebada, se consiguen variantes más rendidoras y resistentes, que tienen un efecto directo en la reducción de la mortalidad infantil y la desnutrición. Allí se ve claramente cómo la ciencia y la tecnología nuclear tienen un impacto directo. También las aplicaciones nucleares son muy útiles en el manejo del agua. Obviamente, el más conocido es el de la generación de la energía eléctrica.
¿En qué consiste su ayuda a países como el Perú? El desarrollo de la energía atómica es costoso…
El mundo ha alcanzado un grado de desarrollo que permite la difusión de estas tecnologías. Es verdad que la OIEA no es un organismo para la promoción, pero puede hacer mucho a través de programas determinados de asistencia y de cooperación, y también como intermediario para la transferencia de equipos y tecnologías.
Hechos como el ocurrido en la central de Fukushima (Japón) refuerzan la mala imagen que tiene la energía nuclear ante la opinión pública. ¿Cómo trabajan para cambiar esa situación?
Toda actividad conlleva un riesgo. La organización busca el entrenamiento y formación de los cuadros médicos y tecnólogos, así como los equipos con los que se trabajan. Esto, como ejemplo en el campo de la medicina nuclear. Tiene que ver con la labor que hacemos de transferencia de tecnología y con las aplicaciones nucleares. Hay un riesgo, pero que vale la pena ser corrido por los beneficios que trae. Por supuesto, debe hacerse en un marco de gran seguridad, que es lo que promovemos.
¿Qué enseñanzas dejó lo ocurrido en Fukushima?
Fue un accidente muy desafortunado, que fue originado por un terremoto y el tsunami. La principal lección es que las otras centrales cercanas a Fukushima no tuvieron ningún problema. Eso nos indica que hay maneras de proteger a las centrales nucleares aun en situaciones extremas, y en eso estamos trabajando. Lo que necesitamos es transparencia, compartir la información. Les he pedido a los japoneses que compartan toda la información que tengan, para que exista la mayor difusión posible y que este tipo de situaciones se pueda evitar en el futuro.