Consumo excesivo de leche causa estragos en la salud
Es el primer alimento que ingerimos al nacer, nos ha acompañado durante nuestra niñez y es probable que, aun siendo adultos, la consumamos cada vez que nos sea posible. No es una sorpresa que la leche sea uno de los principales componentes de la canasta familiar peruana; sin embargo, ¿su participación en la nutrición humana será tan importante como creemos? Si quieres saber más sobre este tema, sigue leyendo esta nota de Nancy Portugal Prado.
Para la doctora Ana Muñoz, gastroenteróloga y pediatra de la clínica El Golf, la leche materna es el alimento fundamental para los niños de 0 a 6 meses y su consumo debería prolongarse hasta los 2 años de edad, debido a que refuerza las defensas del niño y lo ayuda a prevenir alergias.
Las cosas cambian cuando nos referimos a la leche de vaca. Al ser una de las fuentes de calcio y proteína más importantes, su consumo se recomienda en diferentes etapas de la vida. No obstante, un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Marcos detalló que el 64% de los peruanos es intolerante a la lactosa. En razas como la griega y la oriental, el índice alcanza el 100%.
“Existen dos tipos de problemas: la intolerancia a la lactosa que se produce por la carencia de la enzima lactasa en la flora intestinal y causa toda clase de molestias gástricas (náuseas, vómitos, dolor); y la alergia a la leche, que es una reacción del cuerpo ante un componente del lácteo, que suele ser la proteína”, indicó la especialista a El Comercio.
El déficit de lactasa es muy común y la médico sostiene que alrededor del 5% de los pacientes que ingresan a su consultorio manifiesta sentir cierto malestar digestivo tras consumir leche. Esto se debe a que diferentes factores (como una diarrea prolongada) pueden reducir nuestros niveles de esa enzima. Asimismo, existen personas que nacen sin ella y, por consecuencia, no pueden digerir la leche.
UN MUNDO SIN LECHE
No es usual creer que una persona pueda vivir sin consumir una sola gota del que parece haberse posicionado como el segundo líquido vital. Pero sí hay casos extremos (uno de cada 200.000) en los que la leche de vaca debe ser evitada por completo. En esas situaciones, sus nutrientes pueden ser suplidos por alimentos como la carne y otros de origen vegetal como la quinua, indicó.
“Si se va a retirar la leche de la dieta de un paciente, esa persona debe ser consciente de que necesita el apoyo de un nutricionista”, agregó Muñoz.
Por otro lado, la nutricionista Nora Palomino, jefa de nutrición del hospital Edgardo Rebagliati manifiesta que en el caso de los niños y adolescentes, es vital que si se presenta resistencia al nutriente, se encuentre la forma de que el organismo lo asimile correctamente.
“Una opción que no causa tantas reacciones adversas en la mucosa intestinal consiste en usar derivados lácteos, como yogur o queso. En casos en los que exista alergia a la proteína, se puede consumir leche hidrolizada en laboratorios que sí se pueden asimilar”, declaró.
EL MITO DE LOS 3 VASOS
La publicidad que hoy aparece en los medios impulsa un excesivo consumo de leche evaporada, aduciendo que esta es responsable del crecimiento.
De acuerdo con el libro “La gran revolución de las grasas” del doctor Sacha Barrio, la leche tiene calcio y fósforo, ambos muy necesarios. Sin embargo, por su alto contenido de fósforo, tomar mucha leche impide la absorción de calcio, así como el exceso de proteínas esfuerza el riñón y eleva los triglicéridos en la sangre.
Yogur: una saludable alternativa
Con una variedad de sabores que van desde el los frutales hasta los clásicos vainilla y chocolate; texturas que varían entre bebibles y otras con semillas de linaza y hasta pasas; el yogur es uno de los alimentos preferidos por distintas generaciones.
“Si la leche se encuentra mezclada con otras sustancias , menores serán los efectos que produzca sobre el intestino”, indicó la doctora Ana Muñoz.
Así, consumir derivados lácteos es la manera perfecta de integrar los nutrientes de la leche a la dieta diaria, sin sufrir los estragos de la intolerancia.
En el caso del yogur, además de ser fuente rica en calcio y proteínas, aporta cepas de bacterias probióticas, beneficiosas para la flora intestinal. Además, alivia la retención de líquidos, estreñimiento y es recomendable en casos de osteoporosis.
SEPA MÁS
- Sugieren que los niños de 0 a 2 años consuman de 3 a 4 tazas de leche.
- Mientras más grasa contenga la leche, mayores serán los efectos de la lactosa.
- Si se toma leche sin lactosa por largos períodos, se reduce la lactasa.
- Para abandonar el consumo de leche, se debe recurrir a un nutricionista que diseñe una dieta equilibrada.