Científicos predicen la reincidencia criminal con escáneres cerebrales
Por Pamela Montes I. Los datos de un reciente estudio en el que se analizaron imágenes cerebrales indican que es posible predecir que un criminal vuelva a cometer un acto delictivo luego de abandonar la cárcel. Para estudiar el comportamiento impulsivo y antisocial, los científicos se centraron en el cortex del cíngulo anterior (CCA), la zona cerebral encargada de regular la conducta y la impulsividad.
En la investigación publicada en la revista “Actas de la Academia Nacional de las Ciencias”, se demuestra que los convictos que tenían una actividad relativamente baja del CCA tenían el doble de probabilidades de reincidir, a diferencia de los otros reclusos con elevada actividad en esa región.
“Estos hallazgos tienen implicancias muy importantes para el futuro respecto a cómo nuestra sociedad podrá ocuparse de la justicia penal y los delincuentes”, dijo el Dr. Kent A. Kiehl, quien fue el autor principal del estudio y es director de imagen móvil en la Red de Investigación de la Mente, institución con sede en Albuquerque, Nuevo México.
Imágenes y seguimiento
El equipo contó con la participación voluntaria de 96 presidiarios varones, de edades entre los 20 y 52 años, a quienes se les hizo un seguimiento durante cuatro años después de que obtuvieron su libertad. Los investigadores usaron imágenes de resonancia magnética (MRI) para obtener la información de la actividad cerebral de los participantes. Además, se les practicó otras pruebas de evaluación mental.
Luego de este hallazgo, los científicos pretenden ir más allá que el simple conocimiento que discrimina una reiterativa tendencia criminal. “Este estudio también proporciona un camino por seguir para el enfoque de terapias más eficaces dirigidas a los delincuentes, a fin de reducir el riesgo de la actividad criminal en el futuro”, añade Kiehl , quien también es profesor asociado de Psicología de la Universidad de Nuevo México.
Cura a la enfermedad
“Estos resultados señalan el camino hacia un método prometedor de neuropredicción con un gran potencial práctico en el sistema legal”, dijo el Dr. Walter Sinnott-Armstrong Stillman Profesor de Práctica Ética en el Departamento de Filosofía y el Instituto Kenan de Ética en la Universidad de Duke, quien colaboró en el estudio.
“Hay mucho trabajo más por hacer, pero esta línea de investigación podría ayudar a hacer que nuestro sistema de justicia penal más eficaz”, añadió.
Luego de este hallazgo, el doctor Kiehl se encuentra trabajando en el desarrollo de tratamientos para aumentar la actividad del cortex del cíngulo anterior. Se presume que este aumento impactaría positivamente en la recuperación de los delincuentes de alto riesgo.
Traumas que marcan
En junio del 2012 se llevó a cabo un encuentro en el Reino Unido llamado Neurociencia, los Niños y la Ley, en el que se presentó una investigación que recomendaba al sistema legal tener en cuenta los nuevos descubrimientos de la neurociencia. Sobre todo aquellos que prueban que una infancia llena de adversidades, como una vida familiar caótica y aterradora, puede afectar el desarrollo cerebral, aumentando el riesgo de cometer delitos en edad adolescente.
El profesor Huw Williams, de la Universidad de Exeter, ha demostrado que cerca del 45% de los delincuentes juveniles tiene un historial de traumas que causaron lesiones en el cerebro. Mientras más sean las lesiones, mayor será la violencia que empleará en su comportamiento contrario a las normas sociales, y estará expuesto a una mayor deserción escolar.
Una gran base de datos neuronales
La Red de Investigación de la Mente es una institución con sede en Albuquerque que investiga condiciones de la mente humana como el autismo, las adicciones, psicosis, lesión cerebral traumática, neurodesarrollo, etc.
Una de las áreas de estudio es la investigación forense, cuyo equipo formado por 40 especialistas cuenta con un sistema de resonancia magnética móvil.
Esto les ha permitido realizar más de 2.000 escáneres cerebrales en distintos establecimientos penitenciarios, convirtiéndose en la mayor base de datos de imágenes para el estudio de la criminalidad.
El doctor Kent Kiehl, líder del programa forense, afirma que el comportamiento psicopático es el resultado de alteraciones en las partes del cerebro que regulan las funciones cognitivas.
Así, los individuos examinados con tendencias psicópatas emplean el área emocional en menor proporción, lo que los inhibe de entender las consecuencias de cometer acciones deshonestas.