Los relojes aún no son inteligentes
¿Se imagina que al detectar un ambiente frío los tejidos de su ropa reaccionen automáticamente y permitan mantenerlo con una temperatura corporal más agradable? Hacia eso es a lo que apunta la nueva tendencia de los ‘wearables’ o tecnología para vestir. Por ahora lo más cercano a ello son los novedosos relojes inteligentes o ‘smartwatches’.
Sin embargo, más allá de la novedad y de la demostración técnica para aprovechar el escaso espacio, los relojes inteligentes todavía no pueden ser considerados como productos que realmente nos cambiarán la vida.
La razón es muy simple: aún son aparatos dependientes. Sin un teléfono inteligente al que estén vinculados, poco es lo que pueden hacer. Aunque en la actualidad hay modelos con interfaces más amigables, mejores diseños y aplicaciones más versátiles, todavía no son autónomos al 100%.
En el momento en que la industria logre por fin colocar las funcionalidades que hoy tiene un smartphone dentro de uno de estos relojes inteligentes, recién podremos hablar de un gran paso en la revolución de la tecnología para vestir.
Mientras tanto, los ‘smartwatches’ son aparatos muy bonitos, caros y que nos ayudarán a agilizar algunas tareas. Pero, por ahora, nada más.