Los cuadros son elementos decorativos básicos en una casa, por eso es muy importante que sus estilos y formas combinen con el resto de elementos del espacio. La arquitecta Fiorella Milla León, de García-Milla León Arquitectos, explica que desde el momento en que concibe un ambiente, tiene en mente al artista que podrá expresar las sensaciones que busca para el espacio. “Para mí, el cuadro no llega al final del diseño, sino que puede ser el leitmotiv del ambiente. Por lo tanto, tiene un espacio realmente importante”, remarca.
En cuanto a la distribución, los cuadros se pueden organizar de diferentes maneras, dependiendo de lo que se quiera transmitir. “Si se desea que se vea imponente, deberá ser grande, de una sola pieza, o usar dos cuadros pero con un marco de doble color. Si se busca un espacio acogedor, se pueden usar marcos de madera y colores cálidos. Si tiene una pared de doble altura, puede hacer una composición con diferente formatos de imágenes para dar un toque divertido y original”, refiere la arquitecta Melissa Fernández, de Orgánica Arquitectura.
LA COMPOSICIÓN PERFECTA
Ciertos aspectos pueden marcar la diferencia en relación con el diseño y disposición de las piezas, como la distancia entre los cuadros: lo importante es que mientras más pequeños sean los cuadros, menos separación debe existir entre ellos. En una sala, generalmente se colocan en la pared focal, detrás del mueble principal.
“Las piezas pequeñas no deben competir con la principal, por el contrario estas lo deben complementar. Si la pared es muy larga o de doble altura, se pueden usar los dípticos, trípticos o un collage de cuadros, pero estos deben tener una armonía entre sí”, explica la arquitecta Bárbara Biglieri, de BP Arquitecto.
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