El rompehielos Arctic Sunrise de Greenpeace entró hoy en el mar de Kara, que forma parte de la ruta ártica, pese a no contar con el permiso de las autoridades rusas informó hoy la oficina de la organización ecologista en Moscú.

El Arctic Sunrise ya está en el mar de Kara para protestar contra las prospecciones de gas y petróleo en el Ártico, dijo María Favórskaya, portavoz de la ONG en la capital rusa.

Según Greenpeace, el rompehielos entró en la ruta ártica a primera hora de la mañana sin el respectivo permiso por considerar que la negativa de las autoridades rusas constituye un intento ilegal de impedir una protesta pacífica.

La Administración de la Ruta Marítima del Norte, el organismo ruso que extiende los permisos de navegación, rechazó varias solicitudes de Greenpeace con el argumento de que la clasificación del Arctic Sea no estaba debidamente certificada.

DEFENSA DEL ÁRTICO La ONG pretende realizar acciones de protesta contra la exploración de gas y petróleo realizada por la empresa rusa Rosneft y la estadounidense ExxonMobil en el Ártico, que según los ecologistas sería perjudicial para el ecosistema.

Greenpeace advierte que las pruebas sísmicas en el Ártico son peligrosas para los mamíferos del lugar, pues la frecuencia de la señal interfiere con los sonidos que ellos emiten. Una ballena perdería el oído si se encuentra a 500 metros de la fuente de la señal, y a 150 metros puede morir.

Además, si las petroleras comenzaran a extraer crudo en el área protegida o en sus cercanías cualquier derrame podría tener consecuencias irreversibles para toda la región.

Christy Ferguson, coordinadora de la campaña de Greenpeace para la defensa del Ártico, indicó que Greenpeace no puede permitir que el formulismo de las autoridades rusas evite una protesta para denunciar los riesgos que suponen perforar en el Ártico.