Se planea que la siguiente edición de la prueba tenga la largada en Santiago de Chile y la llegada en Lima. Todavía no hay una decisión oficial. (Foto: Reuters)
Se planea que la siguiente edición de la prueba tenga la largada en Santiago de Chile y la llegada en Lima. Todavía no hay una decisión oficial. (Foto: Reuters)
Christian Cruz Valdivia

La bandera a cuadros llegó para el Dakar 2018, pero tras el podio de inmediato se levantan las voces para lo que será la siguiente edición. Si esta significó el retorno del Perú a la dura prueba, la del 2019 puede ser la confirmación del país como dakariano.


Todavía sin voces oficiales, los deseos son muchos y los comentarios se multiplican. Sin embargo, hay algo cierto: el Perú llenó los ojos tanto de los competidores como de la organización. Ya lo había adelantado Marc Coma, director deportivo de la prueba, cuando la carrera se despidió del país el 11 de enero. “Es el perfil dakariano de nivel”, simplificó.


Visto así, el proyecto que existe para nuestro país es que en el 2019 sea el punto de llegada. Con el nuevo gobierno solo se firmó la realización de esta edición y en los últimos días hubo conversaciones para seguir manteniendo el vínculo. Pero el movido mundo político nacional no ha permitido que haya más avances.


“Los competidores están encantados, la organización también”, nos dijo Coma en Arequipa. La puerta está abierta para que el desierto peruano siga siendo protagonista de la carrera más exigente del mundo.


—La ruta—

Según ha asegurado Etienne Lavigne, director del rally, la partida del 2019 sería en Santiago de Chile, lo que significaría el retorno de los sureños al Dakar luego de tres años. El nuevo presidente chileno Sebastián Piñera ha dejado claro su deseo de que vuelva a su país. El sábado realizó una llamada personal para felicitar a Ignacio Casale, ganador en cuatrimotos, en muestra de su conexión con la carrera.


Los rumores indicaban que Argentina podría quedar fuera, pero en la interna se sabe que no pueden dejar de contar con los albicelestes, porque ellos tendrían dos o tres etapas, quizás en el muy conocido y temido ‘Infierno de Fiambalá’.


Luego, espera el territorio peruano. Tras la desazón de los dos últimos años, Bolivia podría quedar fuera tras cinco ediciones tocando su territorio; sin embargo, aún no se descarta su presencia.


Para el Perú, la llegada en Lima sería recordar aquellos momentos del 2012 cuando desde Pisco y durante todo el tramo de la Panamericana Sur hubo miles y miles vitoreando a la comitiva. La Plaza de Armas se convirtió en el centro de la fiesta y el público respondió. El Perú se ha convertido nuevamente en dakariano. Que no se apague ese brillo.

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