Redacción EC

AARÓN ORMEÑO

El piloto peruano viene participando en el desde el 2010 junto a su padre. Ha llegado por cuatro años consecutivos y quiere terminar el reto por quinta vez. Conocedor de esta competencia, sabe lo que puede y no se debe hacer para obtener su objetivo. Consultado por el presupuesto más austero para alcanzar la meta, recordó su primera participación y lanzó la cifra: 50 mil dólares.

“Si alguien lo hace muy austeramente, cuidándose bastante para no tener gastos y viniendo sin asistencia técnica, podemos hablar de unos 50 mil dólares. Comparado a los grandes equipos de 10 millones de dólares puedes terminar siendo el participante más pobre”, mencionó.

Recordó que en su primera participación en el Dakar del 2010 dormían en carpas, a comparación de los laureados pilotos que duermen en grandes hoteles. Ellos mismos las armaban y al día siguiente las guardaban dentro del mismo auto de competencia.

“Parte del reto es hacerlo así, como se hacía antes en África donde cada uno arreglaba sus propias cosas. Fue increíble y durísimo. Descansábamos de tres a o cuatro horas por día. Al final te quedabas dormido parado. Solo te preocupas de comer, hidratarte y eso es todo”, explicó.

Además destacó que el presente es considerado uno de los más complicados que ha podido correr, resultando una competencia interesante y simpática. “Estar acá por quinta vez es bonito, la gente de la organización saluda a mi padre, lo conocen y nosotros queremos llegar nuevamente a la meta”, comentó.

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