"Dices Argentina, dices Messi", por Johana Cubillas

Maradona tenía 26 años cuando ganó la Copa del Mundo. Con esa edad llegó Lionel Messi a Brasil.

La edad es madurez. Y en ese sentido, este podría ser el Mundial de Messi. De hecho ya lo es: es la figura que define partidos para Argentina, el goleador del equipo, el tipo del pase justo. Él solo está acercando a su equipo a llevarse la ansiada Copa del Mundo. Puede que existan los detractores, los que no lo consideren el mejor jugador, pero el 10 habla con los pies y partido a partido le cierra la boca a medio mundo. Cuando piensan que los duelos ya están resueltos a favor del rival, cuando Nigeria es más agresivo o Suiza encima en los descuentos, aparece la Pulga para bailar el tango de su vida y solucionar en segundos lo que se creía perdido. Sabella lo sabe, sus compañeros lo saben y el mundo reconoce y cuenta: Argentina es la Argentina de Messi.

Ya es un jugador completo ofensivo. Define como ‘9’ y retrocede para ser ‘10’. Con 1.69 metros es un gigante en la cancha. No solo hace los goles más espectaculares e inesperados, también habilita, jala marca, gambetea y engancha como sólo él sabe hacerlo. De cabeza, de pelota parada, de penal, infiltrándose en el área… Messi siempre encuentra el espacio para pegarle, hacer goles y decir presente en Brasil 2014. Parece que la Pulga tiene los partidos definidos desde el arranque, deja esa sensación de que él y solamente él decide cuando ganarlo. Cuando el rival aprieta, cuando ya nadie cree que hay posibilidades, cuando la defensa se cerró por completo… siempre está Leo para burlarse de todos y dejar su firma. Hace que el fútbol parezca tan sencillo como quitar la pelota en el medio de la cancha y dar un pase perfecto para que trepe Ángel Di María y la clave en el arco de Benaglio. En Argentina la ecuación es sencilla: cuando no está el ‘Messias’ Lionel, aparece el corazón Di María.