Los países que jugarán la Copa Confederaciones en Brasil forman un selecto grupo de campeones alrededor del mundo. Pero algunos creen que el ganador del torneo que empieza hoy tendrá un reto poco atractivo: librarse de una maldición.
El hecho de que ningún vencedor de esta competición de la FIFA haya podido ganar el siguiente Mundial de fútbol parece comenzar a generar dudas sobre los beneficios de alzar la Copa Confederaciones.
Ganar no es siempre un buen negocio, fue el título de un artículo que el diario brasileño O Globo dedicó a este tema en su edición del domingo.
El periódico recordó que la llamada maldición de la Copa Confederaciones parece alcanzar sobre todo a Brasil. El país ha conquistado tres veces el torneo con equipos que parecían invencibles pero luego pasaron sin gloria por el Mundial. Argentina y México también entran en esta estadística.
Sin embargo, otros rechazan tajantemente la idea de una maldición asociada a esta copa. No creo en ese tipo de cosas, sostuvo Diego Lugano, capitán del seleccionado uruguayo que jugará el torneo en Brasil como último vencedor de la Copa América, en diálogo con BBC Mundo.
CUATRO CAMPEONES Lugano afirmó que significa un honor muy grande disputar la Copa Confederaciones, un torneo que a su juicio adquiere cada vez más prestigio en el fútbol global.
Recordó que en esta edición el torneo reúne por primera vez a cuatro campeones del mundo, el vigente España y los ex monarcas Brasil, Italia y Uruguay, así como selecciones de primer nivel como México o Japón. Nigeria y Tahití completan los ocho participantes.
A esta copa clasifican los campeones continentales de cada confederación futbolística, el último ganador del Mundial y el país sede del evento.
El capitán uruguayo dijo que para su país sería realmente importante ganar este título internacional que le falta en sus vitrinas.
Tal vez eso se dice porque es un torneo bastante nuevo, comentó en referencia los comentarios de que nadie ha ganado consecutivamente la Confederaciones y el Mundial.
HISTORIA La FIFA considera que hasta ahora hubo ocho ediciones de la Copa de Confederaciones, ya que incluye en el historial la Copa Rey Fahd como origen del torneo en Arabia Saudita en 1992, con cuatro participantes.
Los ganadores han sido Argentina (1992), Dinamarca (1995), Brasil (1997, 2005 y 2009), México (1999) y Francia (2001 y 2003).
Desde 2001, cuando se disputó en Corea y Japón, la Confederaciones se juega en los países que van a organizar el Mundial al año siguiente, así que suele verse como un ensayo para la mayor fiesta del fútbol. A partir de 2005 comenzó a jugarse cada cuatro años.
Hubo casos como el de Brasil en 1997, que ganó fácilmente la Confederaciones con la dupla ofensiva letal Romario-Ronaldo pero, con el primero fuera de competición y el segundo indispuesto, perdió la final del Mundial 1998 ante el anfitrión Francia.
Al siguiente Mundial en 2002 Francia asistió como campeón defensor y flamante vencedor de la Confederaciones en Corea y Japón, pero quedó eliminado en primera ronda sin marcar un gol.
COINCIDENCIA El diario O Globo sostuvo que la maldición de la Copa de Confederaciones no alcanza sólo a selecciones y también futbolistas son blancos potenciales, en particular números 10 de la selección brasileña.
Citó por ejemplo los casos de Ronaldinho Gaúcho o Kaká, que ayudaron a Brasil a ganar las Confederaciones de Alemania 2005 y Sudáfrica 2009 respectivamente pero bajaron el nivel en los siguientes mundiales.
Juca Kfouri, un destacado periodista deportivo brasileño, dijo que hay cierta lógica en esperar que el mejor jugador del planeta el año anterior al Mundial baje el nivel en el máximo torneo, porque llega agotado.
Sin embargo, descartó que eso vaya a ocurrir en el Mundial del año que viene con el argentino Lionel Messi, considerado hoy el mejor futbolista del mundo: Será la Copa de Messi.
Argentina está afuera de esta Copa Confederaciones, pero Kfouri tampoco cree que tenga sentido hablar de una maldición: No tiene lógica, dijo a BBC Mundo, es una coincidencia que se volvió superstición.