DAVID HIDALGO JIMÉNEZ (@DavidsCreator) Redacción online

Tras su paso con poca fortuna en Juan Aurich el técnico José Mari Bakero partió de regreso esta tarde hacia Barcelona, pero antes de tomar el vuelo sintió que debía dejarle una sana y valiosa reflexión a nuestro país. El fútbol peruano es de supervivencia, dijo con absoluta sinceridad, sin la intención de dejar una frase lapidaria.

En esta amplia entrevista, Bakero indica que la Federación Peruana de Fútbol y el Estado deben asumir el reto de educar al futbolista peruano desde muy niño sobre los valores del deporte para enseñarle a ser profesional.

El DT español vio el partido en que Perú perdió ante Venezuela y creyó que era urgente establecer un diagnóstico. “Solo han pasado tres días de estar fuera de Juan Aurich. Es un momento que más allá de lo que yo piense, viendo un poco sobre lo que he vivido aquí, la eliminación de la selección, yo creo que el fútbol peruano tiene que hacer una reflexión profunda, muy profunda, para saber realmente si este modelo de fútbol es el modelo del futuro. Sinceramente pienso que no lo es”.

¿Cómo vio a los jugadores peruanos ante Venezuela? Los vi rotos, y eso no es válido porque uno tiene que rebelarse ante la adversidad. La selección peruana me reflejó mucho a mi equipo [Juan Aurich]. Mostraron falta de orgullo. El equipo está por encima del entrenador, y lo que pasa es que ante la dificultad, ante una situación en la que el entrenador anunció que se va, todo el mundo siente que tiene excusa suficiente para no estar bien. Uno tiene que luchar por uno mismo, ¡joder! Es el concepto del deporte, eso es lo que hay que enseñar, a querer el deporte, querer el fútbol.

¿Qué imagen se lleva de nuestro fútbol? El fútbol peruano es un fútbol de supervivencia. Todos los jugadores en el Aurich, o en cualquier otro equipo, lo que quieren es firmar un año de contrato, intentar hacer las cosas bien —no hay ninguna duda— pero al final si las cosas van bien o mal, son relativas para ellos. Si van bien continúan un año más en el equipo y si no, cambian de equipo. Esta situación hay que modificarla.

¿A quién le corresponde ese cambio? Yo creo que a la Federación Peruana de Fútbol y al propio Estado. Tiene que apostar por el deporte, no solo por el fútbol, porque el deporte es una disciplina que forma a las personas. En estos momentos los jugadores del fútbol peruano no tienen los valores reales del deporte, solo tienen los valores de la profesión. Los valores del deporte se aprenden entre los 8 y 11 años. Si esta dinámica no cambia, yo creo que cada año que pase va a ser un año peor para el fútbol peruano.

¿Cuál es el valor esencial que usted no encontró en el futbolista peruano? Le faltan los valores del deporte. Si el deporte es algo que te gusta, aprendes a trabajar en equipo, intentas mejorar. Pero me encontré un equipo muy conformista, que no tiene ambiciones personales, que si juego yo está bien, si no juega el otro no pasa nada. Es decir, no existe el sentido de trabajo en equipo, no hay espíritu de equipo y una ambición de mejora personal.

¿Su trabajo en Juan Aurich se vio perjudicado por una serie de indisciplinas? Desde lo real, me pasó lo que podía imaginar. En mi etapa intenté hacer el cambio. Di asignaturas de psicología, o trabajo en equipo, de curso de entrenadores FIFA. Con eso intenté que los jugadores entiendan que a través del respeto al grupo, al trabajo, uno individualmente y colectivamente mejora. Yo no creo en castigos. Por ejemplo, ahora [en Aurich] han separado a los jugadores Atoche y Velarde —quizás quede alguno más—, y no es una sorpresa para mí. Pero es una solución a corto plazo porque estos jugadores el otro año van a ir a otro equipo, y otro entrenador los va a tener, y sus trayectorias podrán ser mejor o peor. Por eso creo que no es el método adecuado y por eso digo que es un fútbol de supervivencia.

¿Entonces, no es una solución separar a los indisciplinados? No vine con esa idea. Prefiero la comunicación, el convencimiento, el diálogo, intentar hacerles ver que esto es una profesión buena. ¿Cuántos jugadores han separado este año en los equipos peruanos por indisciplina? En Juan Aurich, en Unión Comercio, en Inti Gas, en San Martín. ¿Y qué se ha solucionado con eso? Nada.

¿Cuál es la solución? La clave de esto está en la formación de los jóvenes, y esa debe estar liderada por la FPF. Se debe hacer una profunda reflexión. La solución es de dos vías: intentar hacer infraestructura y preparar entrenadores para que los jóvenes se preparen de la mejor manera posible, y eso ya está pasando en todos los países, no solo de Europa, también en Chile, Colombia, Brasil.

¿Y no lo pudo hacer en Aurich? El presidente Oviedo intentó conmigo este cambio, pero cuando las cosas se complicaron él también aflojó. Un cambio tan importante como el que hay que hacer, es difícil de conseguir en tres, cuatro u ocho meses. Hay una cuestión muy simple: yo, después de mi experiencia aquí llegué a la conclusión que se le delega al entrenador funciones que no le corresponden. Es decir, el director técnico tiene que apartar jugadores del equipo o decidir sanciones para los jugadores, cuando lo que tiene que hacer el técnico es entrenar a aquellos jugadores que el club crea que son los adecuados para que entrenen, pero nunca el DT tiene que hacer ese tipo de sanciones, porque el desgaste personal es brutal.

¿Cómo se puede cambiar eso? Si algunos clubes quieren cambiar de verdad, tiene que hacer una estructura deportiva con un director deportivo que sea capaz de resolver estas situaciones externas. Lo que me pasó a mí es que, tras los resultados, me decían “debiste apartar a tal o cual jugador”, “no has sido duro”. Y por los resultados te comen. Al final el club no tiene ninguna responsabilidad y yo como entrenador pienso que tampoco porque no soy el padre de los jugadores.

¿La carencia de disciplina le impidió desarrollar su mejor trabajo? Yo creo que muchos de los jugadores que he tenido no tienen esta formación. Por lo tanto, los entiendo humanamente. Lo que hay que hacer es educar al jugador, enseñarle a ser profesional. Esto hay que explicárselo desde jóvenes, esto no es una profesión normal, es un deporte que al final es una profesión. Aquí solo lo toman como un trabajo: hay que ir a entrenar… es un problema, llueve… es un problema, hay que concentrar… es un problema. Simplemente es una cuestión de educación, de cultura deportiva.

¿Antes de venir a dirigir, no sabía que esta era la realidad del fútbol peruano? ¡Jo… hombre! No creía que era a este nivel. Cuando un país crece en los últimos tres o cuatro años en cuatro o cinco por ciento, cuando crece en Sudamérica muchísimo, eso es sinónimo que está creciendo en todos los aspectos. Siempre pensé que la cultura sería como la del país, y Perú tiene universidades y profesores a nivel mundial ¿Por qué no puede competir a nivel mundial? Por eso deben hacer una reflexión muy profunda ¡Llevan 32 años sin ir a un Mundial! Tienen que empezar ya, casi de cero. No quiero que lo que digo lo tomen como una crítica, no lo vayan a tomar de mala leche, simplemente es una reflexión de una persona como yo que trabajé en el fútbol de Perú. Si este modelo no cambia llevará al fútbol peruano al desastre.