A pesar del desastre de la noche del miércoles, Universitario aún puede ser campeón del Clausura. Y no solo por una cuestión matemática. La razón es mucho más simple: el torneo es tan chato futbolísticamente que a nadie se lo puede descartar.
La pregunta es si la crema tiene argumentos futbolísticos para tentar esa posibilidad y no apunte a ella solo por una cuestión de descarte o mediocridad. Aquí la respuesta es más complicada. En principio hace falta responder otras interrogantes:
1. ¿A qué juega?
Por ahora, la ‘U’ de Ibáñez no cuaja. Existe una idea incipiente de fútbol ofensivo, de traslado rápido del balón del campo propio al rival, pero no se consolida. ¿Solo por la ausencia de Flores y Ruidíaz? Sí y no. Siendo un equipo corto y joven, donde no abundan los jugadores con buen pie, si uno de los dos se resfría -sobre todo el ‘Orejas’- el equipo sufre. Rainer no lo puede todo y Canchita parece conformarse con ser solo un buen actor de reparto. ¿Quién más puede fabricar fútbol en la ‘U’?
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