Los retos Alianza Lima: jugar bien y planificar, por Julio Vizcarra. (Foto: El Comercio)
Los retos Alianza Lima: jugar bien y planificar, por Julio Vizcarra. (Foto: El Comercio)
Julio Vizcarra Torres

De aquí a diciembre, no solo debe pensar en el título nacional. El campeonato es una prioridad para acabar con la sequía de diez años sin títulos, pero el club íntimo tiene más saldos pendientes. Uno que involucra a Pablo Bengoechea y su plantel, el otro a la directiva.

Más allá de las pataletas de Real Garcilaso, Alianza Lima se llevó el Torneo Apertura en la cancha. Guste o no la forma de jugar, el conjunto blanquiazul acabó con más puntos en la tabla. A partir del campeonato, los victorianos encontraron oxígeno. Hoy, la presión es de los demás equipos. Alianza ya está en la final y eso es una ventaja, siempre que se sepa aprovechar.

Vayamos por partes. Dentro del campo, el cuadro de La Victoria tiene como deuda jugar bien. Por historia, estilo y tradición debe abocarse a esa búsqueda. Los propios jugadores íntimos reconocieron durante el Apertura y luego del título que Alianza no jugaba bonito. Que los resultados, por distintas situaciones futbolísticas, se hayan dado es una realidad que no debe maquillar el fondo. La escuadra de Bengoechea gana pero no gusta. No sé si como sea, como muchos dicen. Para anotar de balón parado se trabaja y los íntimos le sacaron máxima rentabilidad a esa vía.

Con tres meses por delante para las finales –si es que Alianza Lima no se hace también con el Clausura–, Bengoechea debería enfocarse en hallar las formas para que su equipo se acerque a lo que su hinchada tanto le reclama. No solo pensando en el Descentralizado, en donde con poco alcanza, sino en lo que se vendrá en los primeros meses del 2018, cuando los blanquiazules jueguen la fase de grupos de la Libertadores.

La última vez que Alianza disputó esta fase fue en el 2012 con José Soto como técnico. En aquella edición terminó último, detrás de Libertad, Vasco da Gama y Nacional de Montevideo, con solo tres puntos. Los blanquiazules ni compitieron y esa debería ser la principal preocupación en Matute, en especial después de lo que se vio en la Copa Sudamericana frente a Independiente.

El otro tema pendiente es la planificación para el 2018. Hoy, la directiva debería mirar más allá de diciembre. Decidir si va a continuar con todos los extranjeros –a excepción de Leyes que recién llegó– e identificar qué puestos necesita reforzar. Comenzar, si es que todavía no lo hace, a mapear el mercado nacional y ver junto a Bengoechea qué futbolistas se podrían adaptar a su forma de jugar. Recuerdo cuando en el 2009 Alianza anunció a Joel Sánchez y Jean Tragodara como fichajes para la Libertadores del año siguiente. Las críticas no se hicieron esperar; sin embargo, ambos fueron fundamentales en la gran campaña íntima de aquel certamen. Por ahí debería estar el camino a seguir de la directiva. Tiempo tiene.

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