OPINIÓN: A Ricardo Gareca sí le importa la disciplina
OPINIÓN: A Ricardo Gareca sí le importa la disciplina
Pedro Canelo

Cuando le preguntaron a  si estábamos frente a un nuevo proceso de selecciones en esta Copa América Centenario, él respondió que no, que eran algunos nombres renovados pero que el proceso era el mismo.  Sin embargo, lo que estamos viendo en estos días de trabajos en Seattle sí obedece a una búsqueda de cambios dentro del plantel bicolor. Gareca no quiso respondernos hace unos días en la Videna sobre si hubo o no indisciplina en la última fecha de Eliminatorias, quiso dejar el tema atrás, pero una de las primeras conclusiones a la que estamos llegando en estos primeros días en Estados Unidos es que el compromiso y el comportamiento son dos pilares que han crecido dentro de la selección. Gareca no quiere hablar más de indisciplinas pero sí le importa (y mucho).

Quizá haya recambio de nombres, quizá sigan algunos de antes, pero las reglas se han hecho más rígidas dentro del grupo blanquirrojo. Hay énfasis en una puntualidad que ahora hasta podríamos llamar “la hora Gareca”.  Los entrenamientos se han desarrollado con puntualidad pero hay algo más importante: los horarios libres. Después de los exigentes trabajos matutinos, los jugadores de la selección han tenido dos momentos de distensión por las tardes, siempre de 4 de la tarde a 8 de la noche. Hubo compras en centros comerciales, por allí la recepción a un viejo amigo peruano en Estados Unidos pero cuando el reloj se acercaba a marcar las ocho, todos volvían sin demorar. Este nuevo clima de disciplina fue posible de comprobar cuando dos jugadores llegaron casi al filo de la hora y en la puerta del hotel Westin preguntaron algo nerviosos por la hora. Tenían que cumplir con su entrenador. Un valor tan elemental aunque perdido en estos últimos procesos de selecciones.

Aceptamos y respetamos el silencio del comando técnico de la selección por las ausencias de jugadores como Juan Vargas, lo aceptamos sobre todo porque la respuesta tácita está. ¿Cuál sería? Muy simple, que más que un recambio generacional se está buscando un cambio de actitud, un nuevo perfil del jugador de selección. Y allí muchos de los “grandes ausentes” en esta Copa América Centenario simplemente no encajan.

Sin ánimos de adelantarnos a dar pronósticos de cómo le irá a Perú en esta Copa América, no es un pecado ser optimistas en esta competición continental. A la bicolor le va bien cuando hay tiempo de trabajo en concentraciones prolongadas y si a esto le sumamos un pedido de mayor compromiso con el equipo las cosas podrían darse a favor. La concentración es real, el clima de tranquilidad también. Los jugadores y comando técnico solo hablan con los medios en los campos de entrenamiento, tienen prohibido salir de su piso en horarios que no sean libres. Y jugadores como Ruidíaz, Flores, Vílchez, Revoredo, Tapia, Benavente, etc, lo aceptan sin poner objeciones. Como siempre debió ser, como antes no era.

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