Tommy Morrison, un ex campeón de pesos pesados que ganó fama por su papel en la película Rocky V, falleció. Tenía 44 años.
La carrera de Morrison alcanzó su pináculo en 1993 en Las Vegas, cuando se subió al cuadrilátero y venció a George Foreman para ganar el cetro pesado. Tres años después, tocó fondo, cuando un análisis detectó que estaba infectado con el virus que causa el sida, el VIH.
Los últimos 20 años en la vida del aguerrido peleador fueron definidos por amplios problemas legales, conducta imprevisible y crecientes problemas de salud. Morrison dijo más adelante que nunca arrojo positivo para el VIH, incluso cuando fue hospitalizado los últimos días de su vida.
Morrison murió el domingo en un hospital en Nebraska. Su promotor y amigo, Tony Holden, confirmó la muerte del Duke, pero la familia no ha relevado la causa. Morrison y su esposa, Trisha, continuaron negando que el ex campeón tuviese VIH.
LA POLÉMICA DEL VIH EN SU CARRERA Morrison estaba listo para una pelea de gran cartelera contra Lennox Lewis cuando fue sorprendido por el desconocido Michael Bentt en Tulsa, Oklahoma. Fue derribado tres veces y la pelea fue frenada en el primer asalto.
La derrota significó que una bolsa potencial de 7,5 millones de dólares por la unificación del cetro se desvaneciera. Se había estado preparando para otra pelea ese año cuando ocurrió el análisis de VIH.
En el 2000, Morrison fue sentenciado a dos años de prisión por conducir bajo la influencia de drogas y llevar armas en su auto, y en el 2002 se le añadieron dos años a la sentencia por violación de su libertad condicional.
Cuando quedó en libertad, Morrison dijo que sus análisis de VIH habían sido falsos positivos, y que quería reanudar su carrera. Aprobó exámenes médicos en Arizona — pese a que Nevada ratificó su decisión de suspenderle la licencia boxística — y regresó al cuadrilátero. Morrison peleó dos veces más en su carrera, ganando una vez en el estado de Virginia Occidental y por última vez en México. Finalizó con un récord de 48-3-1, con 42 nocáuts.