(Bloomberg) --Hay demasiados relojes de lujo en el mundo. Esta es la estimación del presidente de Richemont, Johann Rupert.
Rupert dijo este viernes que su compañía provee a los minoristas externos una cantidad de modelos inferior a la que ellos venden, de manera que el número de relojes de su marca que hay en el mercado está disminuyendo.
Agregó que algunos competidores inundan gustosos el mercado con sus aparatos, y eso es un problema para la incipiente recuperación del sector de los relojes a la que apuestan los inversores.
El actual enfoque de Richemont es una continuación de la posición disciplinada que asumió durante la última crisis del lujo, al recomprar el exceso de existencias y eliminar unos 300 trabajadores de su personal suizo para reducir costos.
Pero las ventas de todo el año fueron menores que lo esperado, lo que contrasta con algunos desempeños anunciados por otras casas importantes en las últimas semanas, que superaron los pronósticos. Y el crecimiento de las ventas en el cuarto trimestre fiscal coincidió con el de los tres meses previos, en vez de subir como se anticipó, provocando la mayor caída de las acciones en 11 meses.
Su evaluación es una evidencia más de que las expectativas de un repunte de la demanda de toda clase de productos de primer nivel, desde relojes hasta bolsos, superaron la realidad. Aunque sin duda la ostentación está de nuevo de moda –basta mirar el crecimiento de las ventas en LVMH y Kering–, se partió de comparaciones fáciles y no hay garantía de que la demanda de artículos de lujo se mantenga fuerte el resto del año, cuando las comparaciones se vuelven más difíciles. Serán necesarios un auge de las fusiones y adquisiciones o una marcada aceleración de la demanda para justificar los precios, que están cercanos a un máximo.
Hubo algunos aspectos más positivos en los resultados anuales de Richemont. Su ganancia operativa de 1.800 millones de euros (US$2.000 millones) fue mejor de lo esperado –aunque un 14% menos que el año anterior, es de todos modos un desempeño aceptable dado el hundimiento del mercado del lujo en 2016-.
Pero a pesar de la caída del viernes, las acciones de Richemont han subido 45% desde mediados de septiembre, cuando el grupo advirtió sobre un bajón del ingreso anual neto. Las acciones se negocian a una ratio futura precio-ganancia de 25 veces, algo por delante de Swatch Group AG y con una prima significativa respecto del grupo de pares del lujo analizado por Bloomberg Intelligence.
Parte de la calificación se debe a la caída de las ganancias de los fabricantes de relojes en los 12 últimos meses. Pero también refleja la esperanza de que el mercado de relojes inicie finalmente una nueva etapa.
De hecho, las exportaciones de relojes subieron en marzo por primera vez en 21 meses. Y sin duda, el mercado del lujo en general ha salido de su nadir de 2016, cuando una campaña contra la corrupción en China afectó la demanda de bienes de primer nivel en el país asiático, y los ataques terroristas en París disuadieron a los visitantes que realizan grandes gastos.
Pero las valuaciones han sido exageradas, como señalamos en una de estas columnas en febrero. La advertencia de Rupert es un útil recordatorio de que, al menos en algunas partes del panorama del lujo, la recuperación sigue siendo frágil.