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(Bloomberg) Dos de los presidentes más promercado de Sudamérica están intentando liberarse de las políticas proteccionistas del pasado sobre comercio internacional.
La visita de Estado que realiza hoy el presidente argentino, Mauricio Macri, a su contraparte brasileña, Michel Temer, reúne a los líderes de las dos mayores economías del Mercosur, el bloque comercial de la región. Ambos asumieron el mando en medio de profundas crisis económicas en sus respectivos países y ambos se han ganado los elogios de los inversores por desmantelar las políticas anticompetitivas de sus antecesores de izquierda en sus esfuerzos por fomentar el crecimiento.
En medio de la reevaluación de acuerdos comerciales impulsada por el presidente estadounidense, Donald Trump, Argentina y Brasil quieren analizar la profundización de los lazos de comercio bilateral como una manera de ampliar el alcance internacional del Mercosur. Pero con niveles de desempleo en máximos récord en Brasil y elecciones parlamentarias este año en Argentina, la pregunta sigue siendo qué tan dispuestos estarán ambos líderes en seguir una agenda de libre comercio.
"Si bien tanto Temer como Macri son calificados como promercado, aún son bastante sensibles al entorno político de ambos países", dijo telefónicamente Edward Glossop, economista de Capital Economics. "Hay desafíos internos mucho más complejos que superar primero antes de tratar de estimular el comercio en el Mercosur".
Desde su fundación en 1991, el bloque comercial Mercosur -que comprende a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay- ha estado dividido por disputas internas sobre la política comercial. Ha logrado pocos avances en alcanzar acuerdos fuera de la región. Las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur se iniciaron en 1999, pero ambas organizaciones aún deben finalizar un acuerdo.
"El Mercosur es lo peor de ambos mundos", dijo Oliver Stuenkel, profesor asociado de relaciones internacionales de la Fundación Getulio Vargas, escuela de negocios y centro de estudios. "Es un acuerdo de libre comercio que no funciona y que limita la capacidad de sus miembros para firmar otros tratados de libre comercio".
Tanto Temer como Macri han implementado políticas liberales en términos económicos como parte de sus esfuerzos para sacar a sus países de la recesión. Mientras Temer ha fijado límites al gasto público de Brasil y ha comenzado a abrir la infraestructura a la inversión extranjera, Macri ha eliminado los controles cambiarios y restituido el acceso de Argentina a los mercados globales de deuda. Economistas esperan que ambas naciones vuelvan a crecer este año, si bien la recuperación de Brasil parece que será modesta.
SOCIOS COMERCIALES
Argentina sigue siendo un mercado clave para las exportaciones brasileñas y se sitúa en el tercer lugar en la lista de socios comerciales de Brasil después de China y Estados Unidos.
La crisis en Brasil ha obligado a Argentina a diversificar sus exportaciones hacia Asia y Europa, según Marcelo Elizondo, director de la consultora de comercio internacional Desarrollo de Negocios Internacionales. Sin embargo, Brasil sigue siendo el mayor socio comercial de Argentina y es un mercado esencial para su sector manufacturero así como para las pequeñas y medianas empresas, dijo Elizondo.
"Argentina vende productos agropecuarios a todo el mundo, pero a Brasil le vende la mitad del total de sus productos industriales", dijo Elizondo. "Cuando Brasil crece, Argentina crece".
Si bien las exportaciones argentinas a Brasil se redujeron 11 por ciento en 2016, a US$9.030 millones, hay señales de que el comercio entre los dos podría estar repuntando nuevamente. Las exportaciones registraron un crecimiento interanual de 57 por ciento en diciembre, a US$847 millones, impulsadas por un aumento del 75 por ciento en las ventas de vehículos. Las importaciones desde Brasil en el mismo periodo aumentaron 28 por ciento a US$1.300 millones.
Gran parte del comercio entre ambos sigue siendo regido por una compleja serie de aranceles y cuotas que pocos esperan que cambie en el corto plazo. En la industria automotriz, que corresponde a cerca de la mitad del comercio entre Brasil y Argentina, un acuerdo suscrito en junio del año pasado estipula que Brasil puede vender el equivalente a 1,5 dólares de bienes automotores libres de impuestos a Argentina por cada dólar que importe. Antonio Megale, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores de Brasil (Anfavea), dijo a la prensa el lunes que no espera ningún cambio al acuerdo tras la visita de Macri.
