JUAN CARLOS CUADROS GUEDES El Comercio

Crece el número de hogares, pero disminuye el de las personas que en ellos habitan. Además, la incorporación de la mujer al mundo laboral ha traído consigo cambios en los hábitos de consumo en casa.

Por ejemplo, se ha cambiado la frecuencia de las compras y el tiempo que demanda hacerlas. Aunque la compra diaria ha sido el hábito tradicional durante muchas décadas, el modo de vida actual está imponiendo la compra semanal de productos, de acuerdo con una planificación previa, según pudo comprobarlo Defensa del Consumidor.

Las compras semanales o mensuales tienen sus ventajas y desventajas. Lo más recomendable, sea cual sea el tipo de familia, es realizar la compra mensual de productos no perecibles, ya que garantiza tener en casa provisiones de arroz, leche, conservas de pescado, bebidas, aceite, artículos de higiene y limpieza a buen precio.

Al hacer las compras anote qué cantidad consume en el mes, para no comprar más de la cuenta. Cuanto más duradero es el producto, más podrá almacenarlo. Ojo: si adquiere de más, de manera continua, es fácil que llegue a almacenar productos vencidos, lo que conviene evitar si pretende ahorrar en la compra.

La compra mensual incita a gastar más, pues cuanto más lleno está el carro, menos reparos pone el comprador en añadir nuevos productos. Si no se dispone de una refrigeradora grande o de una amplia despensa, es mejor hacer las compras más a menudo que adquirir grandes cantidades con la intención de ahorrar y tener después que tirar comida a la basura.

Las compras diarias o semanales solo deben aprovecharse con los productos frescos o perecibles. Planifique sus compras para que pueda sentir el ahorro y hágase de una disciplina para evitar las adquisiciones por impulso.