Grandes o pequeñas, las compañías tienen en sus manos la decisión de elevar o reducir su impacto en el medio ambiente con las acciones que toma para el desarrollo de sus procesos de trabajo. Más allá de los conocidos beneficios de una cultura amigable con el medio ambiente, ¿cómo empezar a establecer metas y generar hábitos en los trabajadores?
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► Comunicar al personal los objetivos. Antes de iniciar cualquier cambio el personal debe conocer cuáles son las metas que quiera alcanzar la empresa. ¿Por qué quiere ser ecológica? Hay que ser claro si se quiere comunicar que siendo verde, la empresa ahorrará un porcentaje importante en sus gastos. Además, lo ideal es que se formen hábitos dentro de la organización para que estos sean asumidos también en la vida diaria de los trabajadores.
► Imponga una cultura de ahorro de energía. Comience reemplazando los focos normales por focos más eficientes. Tenga en cuenta que en una empresa el mayor consumo de energía se da por iluminación, calefacción, equipos que se usan directamente en la producción, computadoras, equipos que almacenan alimentos. Desenchufar aparatos que no se estén usando o apagar la luz de un espacio cuando no haya nadie ayudarán a que la dinámica de ahorro de energía sea rutinaria.
► Reduzca el consumo de papel. Comunique a sus empleados de que solo en caso de ser necesario se deba imprimir un documento. Y si se hace y no se trata de algo formal debería ser en la cara limpia de una hoja ya usada. Puede comenzar entregando a cada área una cantidad de papeles, según sus necesidades, y premiar a quien haya hecho un uso más eficiente de este insumo.
► Clasifique la basura. Una medida para contribuir con el reciclaje de desechos es separarlos en bloques distintos: orgánicos (restos de comida), papeles, plásticos, vidrios. Los cestos de basura deben estar en un lugar muy visible para todos y con carteles que identifiquen bien lo que debería ir en cada uno.
► Asesoría con expertos. Puede contratar a una empresa que logre estimar el porcentaje de dióxido de carbono (CO2) que produce su empresa. Así sabrá qué acciones tomar para reducir esos niveles. El paso siguiente y dependiendo del tamaño de la empresa y de sus necesidad será apuntar a obtener una certificación verde. Hoy se trata de una ventaja en el mercado, pues el consumidor está más informado y respalda las prácticas que no dañan el medio ambiente.