Catton: “El género está vinculado con el desempeño de un rol”
Catton: “El género está vinculado con el desempeño de un rol”
Julio Meza Díaz

El anuncio del premio Man Booker del 2013 sorprendió a muchos. Uno de los galardones más importantes de la literatura escrita en inglés era entregado a Eleanor Catton, una autora neozelandesa de solo 28 años. Su novela, "Las luminarias", había deslumbrado al jurado. Antes de cumplir 23 publicó otra novela muchas veces premiada, "The Rehearsal", aún no traducida al español.
     Narrada con fluidez y una maestría inusual, "Las luminarias" trata sobre unos buscadores de oro que se encuentran reunidos en Hokitika, una ciudad de Nueva Zelanda, a fines del siglo XIX. Los personajes están presentados por sus cartas astrales y sus vicisitudes son contadas con mucho humor.
    
El éxito de la novela ha llevado a Catton a recorrer buena parte del mundo. Así llegó al Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires - FILBA, donde sostuvimos esta breve charla.

Se asocia Las luminarias con los grandes frescos novelísticos del siglo XIX. ¿Qué te interesa de esos libros?
Lo que más me gusta del XIX es el vínculo entre individuo y sociedad. Los escritores de ese siglo podían concentrarse en un individuo para luego hablar de la sociedad en general. Obviamente fue un tiempo durante el cual se hicieron novelas muy largas, pero también fue una buena época para las historias cortas. Creo que hubo una experimentación increíble. "Moby Dick" es un ejemplo. Me sorprendió mucho cuando la leí. Es completamente vanguardista.
Del XIX también hay ciertas cosas que pasaron de moda, pero a mí me interesan justamente por ese motivo. Una de ellas es el narrador omnisciente. Me divertí al utilizarlo en "Las luminarias".

En la astrología cada cierto tiempo un planeta cobra importancia, a medida que se van modificando las posiciones de los demás astros. ¿Se puede entender así la importancia que toman algunos personajes de la novela en detrimento de otros según avanza la narración?
Sí, cada personaje es una representación de una de las figuras del cielo. Utilicé cartas astrales para determinar sus lugares en el libro, y la narración terminó concentrándose más en algunos que en otros.

¿Consideras que el escritor está determinado, si no por los astros, por sus condiciones sociales?
Nuestras vidas están balanceadas entre lo que podemos y no controlar. Gracias a que tenemos libre albedrío podemos decidir actuar, convertirnos en lo que las circunstancias de nuestras vidas nos permiten. Pero al mismo tiempo no podemos elegir en dónde nacemos. Por el contrario, en lo que respecta a la creación literaria, el escritor está en una posición parecida a la de Dios, porque no está delimitado por ninguna ley natural. Por ejemplo, si quiere que en su libro llueva, hará que llueva. En este sentido ningún personaje de ficción es libre, porque si lo es o no se debe a que fue creado de esa manera.

En una entrevista te referiste a la discriminación de género en la literatura neozelandesa.
Estaba hablando sobre la literatura anglosajona en general. En términos históricos, la mujer solo recientemente ha logrado estar cerca de obtener los mismos derechos que los hombres. Por ello, cuando miramos hacia el pasado, la mayoría de los nombres más conocidos son de hombres.

¿Crees que la crítica te dio un trato distinto por un tema de género?
Es casi inevitable que sea así. Vivimos en sociedades donde el género está vinculado con el desempeño de un rol. Ambición, experimentación, proyectos intelectuales, todo ello lo tratamos de modo diferente según vengan de una mujer o de un hombre.

En una ocasión declaraste que a las escritoras les preguntan “qué sienten” y a los escritores “qué piensan”…
Sí, eso es cierto. Lo que me enoja es el doble rasero. No me molesta hablar sobre el hecho de ser una novelista mujer; pero me disgusta que nunca les pregunten a los novelistas hombres lo relacionado a su género. Las preguntas que les hacen son solo sobre su trabajo. No les preguntan cómo se sienten siendo hombres que escriben o qué elementos del pensamiento del hombre se puede encontrar en su escritura.
Este trato diferenciado no solo se da en el espacio literario. A comienzos de año me vi envuelta en una circunstancia incómoda. En una entrevista en la India, durante un festival literario, expresé mi opinión política sobre el primer ministro, John Key. Mi país tiene un gobierno con una mirada de derechas y no estoy de acuerdo con ello. De vuelta a Nueva Zelanda, fui criticada severamente por la prensa. El tema estuvo en la primera página de los periódicos durante dos semanas. El propio primer ministro me respondió. Las palabras que utilizó denotaban menosprecio. Dijo que estaba decepcionado de mí y que no debería hablar de su gobierno. Fue una situación muy agresiva, y creo que tuvo como principal motivo la discriminación de género.

¿Qué conoces de la literatura latinoamericana?
Nunca los estudié en la universidad. Pero me acerqué a ellos en mis lecturas personales. Leí a García Márquez y un poco de Borges. También a Roberto Bolaño. Recién he descubierto a Machado de Assis. ¡Todos son hombres!
Nueva Zelanda es un país muy chico y el mercado del libro tiende a trabajar en conjunto con Inglaterra, Estados Unidos y Australia. Así que a las librerías llegan traducciones al inglés de países anglosajones.

(Con el apoyo en la traducción de Mauricio Kinoshita)

Lea una reseña de la novela "Las luminarias":
https://elcomercio.pe/eldominical/resenas/resena-novela-luminarias-eleanor-catton-noticia-1824174

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