Durante la gestación, las visitas al periódicas al ginecólogo son fundamentales, sobre todo durante el primer trimestre del embarazo. En adición a ello, también existen algunos motivos por los que se puede necesitar un chequeo adicional de emergencia, como ciertos cambios en el feto y/o variaciones en la salud de la futura madre. Por ello, en Hogar&Familia, conversamos con dos especialistas en el tema para poder conocer la importancia de los controles prenatales y las señales de alerta para notar cualquier cambio en la formación del bebé.
“A lo largo de la gestación, según el Ministerio de Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS), se necesita un mínimo de seis controles. Aunque es lo mínimo e indispensable, se suelen llevar hasta nueve controles prenatales, pues va a depender del trimestre, del tipo de embarazo y de si es de riesgo o no. Además, también existen ciertos comportamientos que pueden necesitar ser examinados de emergencia por un especialista”, estableció la Dra. Mónica Ramírez, jefa de Programas de Salud de Sanitas.
¿Qué es lo primero que debo hacer al enterarme de que estoy embarazada?
De acuerdo con la Dra. Joi Robinson Tidmore, ginecóloga de Cleveland Clinic, lo primero que debe hacer una mujer al enterarse de que está embarazada es programar una cita con su proveedor de atención médica para su primera visita prenatal. “Durante esta cita, se realizarán pruebas para confirmar el embarazo y evaluar la salud de la madre, tanto como el desarrollo del feto. De la misma forma, es importante comenzar a tomar vitaminas prenatales, seguir una dieta y evitar el consumo de alcohol y tabaco”, añadió.
Ahora, ¿por qué es tan importante agendar una visita con el ginecólogo inmediatamente? Según la Dra. Ramírez, esto se debe a que la gran mayoría descubre que está embarazada a través de una prueba casera o una prueba de sangre. No obstante, la validación de la gestación realmente se da mediante una evaluación realizada por un especialista, solo así se confirma oficialmente el diagnóstico.
“Este sería el primer control básico. Adicionalmente, tiene la función de catalogar las semanas de gestación, pues solo durante el primer trimestre se puede observar un avance parejo en el crecimiento de los bebés. Por ejemplo, todos los bebés de una semana tienen una medida estándar. Igualmente, se toman ciertas mediciones para analizar las funciones vitales de la madre, al igual que su peso y talla”, sostuvo la experta de Sanitas.
¿Cuáles son los controles y exámenes que necesito llevar durante mi embarazo?
Conforme a la Dra. Robinson, las visitas prenatales deben realizarse cada cuatro semanas durante las primeras 28 semanas de embarazo. Después los chequeos suelen aumentar a cada dos semanas hasta la semana 26. Finalmente, se realizan semanalmente hasta el día del parto. La experta enumeró los siguientes exámenes fundamentales durante la gestación:
- Pruebas de sangre y orina: Para detectar anemia, infecciones y otros problemas.
- Ecografías: Para monitorear el desarrollo del feto y la salud del útero.
- Pruebas de glucosa: Para detectar diabetes gestacional.
- Pruebas de genética prenatal: Para evaluar el riesgo de anomalías cromosómicas y defectos de nacimiento.
- Monitorización del ritmo cardíaco fetal: Para asegurar que el feto esté recibiendo suficiente oxígeno.
En la primera evaluación, se analiza la ecografía del primer trimestre -la primera que se hacen las embarazadas- y adicionalmente se toman algunos exámenes auxiliares, como un hemograma inicial para evaluar el estado de hemoglobina inicial y el exámen de orina inicial para conocer el estado de la mujer gestante al comienzo del embarazo. También se corroboran las semanas del embarazo, según lo establecido por la Dra. Ramírez.
La especialista de Cleveland Clinic hizo énfasis en que algunas semanas del embarazo requieren de ciertas evaluaciones especialmente importantes, como las siguientes:
- Semana 11-14: Ecografía de translucencia nucal y pruebas de suero para detectar anomalías cromosómicas.
- Semana 18-20: Ecografía anatómica detallada para evaluar el desarrollo físico del feto.
- Semana 24-28: Prueba de tolerancia a la glucosa para detectar diabetes gestacional.
“Por último, para el final del embarazo es importante un último control para decidir si finalizará por parto vaginal o por cesárea según las condiciones de la madre y el feto”, agregó a la lista la Dra. María Berreto, ginecóloga de SANNA Centro Clínico San Miguel.
La Dra. Ramírez añadió que los controles adicionales se van diseñando según lo que se encuentre en los resultados del primero y el segundo. “Cada control abarca distintos hitos de la gestación. Por ejemplo, uno de los hitos es la confirmación del embarazo, la cual se realiza durante las primeras 12 semanas en la primera visita al ginecólogo. Otro punto importante es analizar al bebé para saber si cuenta con alguna malformación genética o defecto cromosómico, como el Síndrome de Down, lo que se puede observar entre la semana 11 y 13″, asintió.
¿Todos los controles son iguales para todas las mujeres embarazadas?
En palabras de la Jefa de Programas de Salud de Sanitas, hay un estándar básico para todas las mamás. Como se comentó, lo mínimo e indispensable es pasar por seis controles prenatales, más sí existen ciertos exámenes adicionales que algunas madres pueden necesitar. “Yo soy mamá de trillizos. En mi caso particular, era un embarazo de alto riesgo, por lo que me hicieron una medición del cuello uterino para saber cómo y cuándo iban a nacer mis bebés”, testificó Ramírez. Hay otras enfermedades y/o comorbilidades que pueden hacer que los controles prenatales incrementen.
“Si la madre tiene una patología o antecedentes familiares de afecciones genéticas, pueden ser necesarios exámenes adicionales como la amniocentesis o el muestreo de vellosidades coriónicas para diagnosticar con precisión las condiciones genéticas del feto”, agregó la Dra. Robinson.
Asimismo, la frecuencia de los chequeos también puede variar, sobre todo en embarazos de alto riesgo. “En ciertos casos, las visitas prenatales pueden ser más frecuentes para monitorear de cerca la salud de la madre y el feto. Esto sucede mayormente cuando la madre sufre de preeclampsia, diabetes gestacional, antecedentes de parto prematuro o cualquier otra patología que condicione un embarazo de alto riesgo”, especificó la ginecóloga de Cleveland Clinic.
En esa línea, los expertos de Mayo Clinic publicaron que un embarazo de alto riesgo se puede producir debido a los siguientes factores:
- Edad: Los riesgos del embarazo tienden a ser mayores para las personas embarazadas menores de 20 años o mayores de 35 años.
- Opciones de estilo de vida: Consumo excesivo de bebidas alcohólicas, cigarrillos y/o drogas ilícitas.
- Problemas de salud: Presión alta, obesidad, diabetes, epilepsia, enfermedad de la tiroides, trastornos cardiacos o sanguíneos, asma mal controlado y/o infecciones.
- Complicaciones en el embarazo: Ubicación inusual de la placenta, crecimiento fetal muy bajo y/o sensibilización al factor Rh.
- Embarazo múltiple: Los riesgos tanto para la persona embarazada como para el feto son mayores cuando el embarazo incluye más de un feto.
- Embarazos previos: Parto prematuro, aborto espontáneo o muerte fetal intraútero, parto prematuro y/o afecciones durante el embarazo relacionadas con la presión alta, como la preeclampsia.
¿Cómo saber cuándo tengo que ir a emergencias durante mi embarazo?
La Dra. Mónica Ramírez hizo hincapié en las señales a las que una gestante le debe prestar atención, pues algunas pueden significar que algo anda mal con el embarazo. “De todos modos, va a depender mucho del trimestre en el que se encuentre, pero sí existen ciertas llamadas de atención generales”, mencionó.
Las señales para acudir a urgencias inmediatamente son las siguientes:
- Sangrado vaginal sin motivo aparente
- Dolor de tipo regla sin motivo aparente
- Cuando el bebé ya es más grande y dejó de moverse como antes lo hacía
- A partir del segundo trimestre, pérdida de líquido sin motivo aparente
“También existen otras alteraciones que, aunque no sean catalogadas como urgencias, deben ser reportadas inmediatamente al ginecólogo, como flujo de mal olor, fiebre y/o dolor de garganta u oído. Principalmente, lo mejor es avisar al médico encargado porque hay ciertos medicamentos que las gestantes no pueden consumir, por lo que se necesita de una receta especial para que pase el malestar”, concluyó Ramírez.
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