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Medalith Ravichahua
Cristina Fernández

Cuando Medalith Ravichahua Cuellar fue detenida por ser acusada de tráfico ilícito de drogas tenía 34 años, y dos hijos de 2 y 15 años. Trabajaba como estilista en el negocio familiar y, además, era dirigente vecinal.

“Quería ser útil, y lo hacía trabajando por la niñez y el deporte. Toda mi vida cambió cuando la policía encontró droga en mi estética. Me acusaron de ser la líder de una organización criminal, pero el hombre que la dejó nunca fue detenido”, cuenta la mujer que no aceptó el delito, pero fue sentenciada a 15 años de prisión, sin derecho de beneficios penitenciarios.

Medalith ya ha pasado 12 años internada en el penal de Mujeres de Chorrillos y aunque al principio la desesperación afectó su salud –en los primeros meses sufrió una parálisis fácil de la que aún tiene secuelas– luego dirigió sus energías en tratar de recuperar su libertad.

“Los primeros meses y años solo estuve enfocada en demostrar mi inocencia para que mis hijos sepan que su madre no había cometido ningún delito. Ellos fueron mi fuerza para no hundirme en la depresión”, recuerda la mujer que luego ingresó al taller de peluquería, en poco tiempo consiguió clientes y desde el penal pudo apoyar económicamente a su familia.

Una falta dentro del centro penitenciario generó que Medalith sea sancionada. El castigo fue pasar al taller de zapatería. “Se suponía que debía aprender a arreglar zapatos. No tenía la más mínima idea de cómo hacerlo, pero me puse el reto de aprender a confeccionarlos”, dice.

—Retos ambiciosos—
Al inicio, Medalith no contaba con insumos necesarios ni maquinaria especial para la fabricación de zapatos, pero se propuso sacar una primera colección con diseños propios. También quería formar una empresa que generase empleo para ella y sus compañeras. Cinco años después fundó The Queen’s by Medalith, donde laboran 10 internas. Semanalmente producen más de 60 pares de zapatos.

“Sin el respaldo que tuve del INPE siento que no hubiese logrado lo que tengo. Ahora quiero salir y luchar por mi absolución, pero que mi empresa siga funcionando aquí y dando empleo a más internas”, precisa la mujer, quien ha estudiado Derecho dentro del penal.

Como Medalith, más de 600 madres cumplen condena en el penal de Mujeres de Chorrillos. Solo 38  de ellas conviven con sus hijos, menores de tres años, pero la mayoría encontró en los talleres del INPE una oportunidad para aprender un oficio y apoyar económicamente a sus familias.

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