Redacción EC

El viernes en la mañana, un mototaxista de 17 años salió de su casa para trabajar. Sus padres lo despidieron sin pensar que cuatro días después se enterarían que su hijo iba a ser por un ex compañero de colegio y que su cuerpo iba a ser enterrado en una vivienda en San Juan de Lurigancho.

La policía acudió a un taller de mecánica en el que detectaron que estaba la motocicleta del menor desaparecido. La unidad robada había sido dejada el lunes por otro menor de edad de 17 años para ser modificada. Cuando el joven se acercó al local para recoger el vehículo, fue detenido y ante los agentes confesó que degolló al mototaxista y que había escondido el cuerpo.

El menor de edad homicida había enterrado a su víctima en la casa de sus abuelos ubicada en el pasaje Los Cipreses, en la asociación de viviendas Canto Lindo. Los ancianos negaron haberse percatado de que su nieto había enterrado el cuerpo sin vida de su compañero en el patio trasero de su propia casa.

Después de unas seis horas, el cadáver del joven mototaxista fue retirado y trasladado a la morgue central de Lima. Los policías de la Dirincri de SJL también detuvieron a una mujer, la madre de quien sería la pareja del homicida, por presuntamente haber ayudado en el crimen.

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