(Foto: Alonso Chero / El Comercio)
(Foto: Alonso Chero / El Comercio)

Sofía Farro, de 56 años, vive en el Malecón Checa, en El Agustino, frente al inexistente puente Solidaridad, el que se “desplomó”. “Aquí la gente salía a refrescarse por las noches. Había un jardincito, bancos y hasta una losa deportiva. Todo lo socavó el río”, señala la mujer.

El 16 de marzo del 2017 el río Rímac destruyó la estructura peatonal que unía San Juan de Lurigancho con El Agustino y que la Municipaliad de Lima había levantado en el 2010 (según el alcalde Luis Castañeda, esta debía durar 20 años). Desde entonces, los vecinos, quienes deben caminar unos 600 metros hasta el siguiente puente, esperan la reconstrucción. Pero en la zona no hay ni un fierro colocado. La tardanza tendría que ver con una confusión con respecto a quién está cargo del proyecto.

“Emape recogió los pedazos del puente en noviembre. Teníamos miedo de que vuelva a cargar el río y que los restos de la estructura generasen problemas”, dice el gerente de Desarrollo de El Agustino, Gerardo Macotela. “Después de la remoción, Emape nos dijo que en abril comenzaría la reconstrucción, que ya tenía el presupuesto para esa obra y para otras de prevención”, agrega.

Pero en enero, la comuna de Lima informó a El Comercio que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) era el responsable de la reconstrucción. “El MTC tenía el proyecto, efectivamente. Pero en noviembre el municipio de Lima solicitó que se le transfiera esa responsabilidad [y el presupuesto]”, asegura una fuente del ministerio. La comuna de Lima no ha precisado si el proyecto ha vuelto a sus fueros.

“Hemos pedido una audiencia en el municipio de Lima. Queremos que el alcalde nos dé su palabra, pero no nos recibe. Solo un ingeniero nos dijo que los trabajos se iniciarán en mayo”, agrega el vecino Manuel Enrique.

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