"El peatón y la equidad", por Angus Laurie

El proyecto de mejoramiento de la avenida Larco, en el distrito de Miraflores, que eliminó los estacionamientos para ampliar las veredas, parece ser un gran éxito. A pesar de que el número de estacionamientos alrededor del parque Kennedy se redujo, la calle está más activa que nunca, repleta de personas, con cafés y tiendas llenas. Aunque hay aspectos del diseño que son criticables, la avenida, sin duda, es mejor que antes.

Sin embargo, durante la actual construcción del nuevo estacionamiento subterráneo se ha bloqueado la vereda, forzando diariamente a decenas de miles de peatones a cruzar la pista antes de que pasen por la obra, y cruzar de nuevo para seguir su camino. Estas personas esperan dos veces la luz verde y demoran muchos minutos para avanzar solo 20 metros. Al mismo tiempo, han cercado un área para que unos pocos ciclistas puedan seguir su camino de manera directa, colocando guardianes en la entrada y salida de esta zona para que los peatones no entren. A pesar de que es importante promover el uso de la bicicleta en Lima, esto es un ejemplo de cómo los peatones no son una prioridad. Esto se traduce en decisiones que benefician a muy pocas personas al costo de muchas.

Se trata pues de un tema de equidad que se traduce en la justicia con la cual administramos los recursos y el manejo de los distintos medios de transporte. En 1994, por ejemplo, el Sindicato de Pasajeros de Los Ángeles demandó a la Autoridad de Transporte de esa ciudad (Lacmta), y ganó el caso. El sindicato demostró que Lacmta estaba gastando mucho menos en su sistema de buses en beneficio del sistema ferroviario, a pesar de que los buses transportaban tres veces más pasajeros. Concluyeron que, a través de sus políticas de transporte, Lacmta estaba promoviendo la desigualdad, al beneficiar a los suburbios que son, en general, de un estrato socioeconómico más elevado que la zona central de la ciudad, donde se usan los buses.

Según el informe del 2011 del CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, en Lima Metropolitana más del 75% de los viajes son realizados, por lo menos en parte, de forma peatonal. Un dato más reciente de Lima Cómo Vamos muestra que este número es alrededor del 82%, incluso cuando la inversión en infraestructura peatonal es de muy mala calidad en el ámbito metropolitano. Como resultado, a pesar de que tenemos una de las tasas de motorización más bajas, Lima tiene más muertes por accidente de tránsito por vehículo que cualquier ciudad en América Latina, según el CAF.

No obstante, continuamos construyendo veredas estrechas e inaccesibles, e intersecciones donde el peatón no puede cruzar. Olvidamos otorgar prioridad peatonal en los cruces, y construimos puentes peatonales sobre vías para priorizar el flujo del automóvil.

Estos temas a nivel estratégico reflejan la sociedad y mentalidad de las entidades que nos gobiernan.