El doctor Mauricio León Rivera, director médico del Centro Detector del Cáncer y cirujano oncólogo de la clínica Ricardo Palma, aclaró que no existe evidencia científica que sustente la especulación respecto al uso del brasier y el desarrollo de cáncer de mama.
El doctor Mauricio León Rivera, director médico del Centro Detector del Cáncer y cirujano oncólogo de la clínica Ricardo Palma, aclaró que no existe evidencia científica que sustente la especulación respecto al uso del brasier y el desarrollo de cáncer de mama.
Redacción EC

El doctor Mauricio León Rivera, director médico del Centro Detector del Cáncer y cirujano oncólogo de la clínica Ricardo Palma, aclaró que no existe evidencia científica que sustente la especulación respecto al uso del brasier y el desarrollo de .

“Inicialmente se decía que los sujetadores con broche pueden comprimir el sistema linfático de la mama, haciendo que las toxinas se acumulen y causan el cáncer de mama u otras enfermedades, pero (dichas versiones) han sido ampliamente desacreditadas”, afirmó el especialista.

Precisó que el sostén ayuda a mantener el busto en su lugar, sobre todo en la mujer postmenopáusica, donde el tejido mamario es reemplazado por tejido graso y las mamas se vuelven laxas. Consideró que si se aprende a elegir la talla ideal, se obtendrá un aliado en la salud, belleza y autoestima de la mujer.

“Llevar un sostén inadecuado no tiene nada que ver con el cáncer de mama. Lo que sí puede ocurrir es que se den mastalgias o dolores de pecho”, señaló.

También dijo que muchas mujeres desconocen sus medidas, por lo que no usan la talla y la copa adecuadas. La talla mide el contorno y se da en números, mientras que la copa mide el volumen del busto y es dado en letras.

León Rivera recomendó a las mujeres realizarse el autoexamen de la mama para conocer sus senos, la forma y la textura que tienen normalmente, ya que ayudará a descubrir cualquier alteración o cambio. Además, remarcó que es importante practicarse el examen físico por un especialista a partir de los 30 años y la mamografía a partir de los 40, ambos en forma anual.

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