Voluntarios rehabilitan a crías de lobos marinos que vararon en las costas. (Foto: Anthony Niño de Guzmán)
Voluntarios rehabilitan a crías de lobos marinos que vararon en las costas [FOTOS]
Jorge Malpartida Tabuchi

Esta es la primera vez que el lobito marino Azul se enfrenta al agua, esta vez en una piscina, luego de que un grupo de agentes de serenazgo de Chorrillos lo encontrara varado y hambriento en la playa Villa de Chorrillos. El pequeño de 7 meses fue hallado a inicios de julio junto a su madre, quien falleció producto de unos golpes, presuntamente provocados por pescadores.

Azul, como todos los de esa edad, había llegado desde las playas del sur para el destete, una acción común de esta especie. Antes de que muriera por inanición, el animal fue rescatado por los voluntarios de la Organización Científica para Conservación de Animales Acuáticos (Orca), quienes desde hace 17 años rehabilitan a especies silvestres que se varan en las costas de la capital. Llevaron a Azul a su albergue ubicado en San Bartolo, y le aplicaron medicinas ya que sufría de gastritis y pesaba solo 10 kilos. A esa edad, su cuerpo debería pesar el doble para que soporte las frías aguas del Océano Pacífico.

Luego de recibir tratamiento por 10 días, Azul comenzó a comer colas de pescado. Ahora hace ejercicios de flotabilidad en una piscina de plástico para que fortalezca sus extremidades y pueda atrapar presas.
El veterinario marino Carlos Yaipén-Llanos, presidente de Orca, informa que hasta agosto han reportado 15 crías varadas en las costas limeñas. De estas, cuatro murieron, seis desaparecieron y cinco están bajo su cuidado. Según Yaipén-Llanos, los oleajes anómalos que se registran desde junio en el litoral son un factor que genera esta varazón.

“Los peces escasean cuando el agua está movida. Por ello, las madres de los lobitos buscan comida en las redes. Esta competencia las torna agresivas y a veces los pescadores terminan matándolas para resguardar su pesca”, explica.

—Estado salvaje—
Las madres de Star, Mary Jane, Alaska y Mariana, las otras crías rescatadas por Orca, murieron por ataques de pescadores. Ellas, cuyas edades oscilan entre los 6 y 7 meses, recibieron un tratamiento similar al de Azul. Ahora estas hembras tienen que trabajar en equipo y comunicarse con sus pares. Por eso, las obligan a socializar con Azul.

Pese a los gruñidos y mordidas que les lanza el macho, el equipo de Orca no interviene, ya que los animales deben mantener su estado salvaje y vivir en manada. “Si se domestican, no sobrevivirán”, dice el voluntario Luis Bringas.

En 20 días, las cinco crías deben estar listas para regresar a las islas loberas de Palomino. El líder de esta expedición será Azul, quien pese a su inexperiencia se desliza dentro del agua con la gracia de un delfín y la potencia de un torpedo.

Más información sobre la organización en : www.orca.org.pe.

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